Apenas tenía 12 años cuando Joaquín Cortés (Córdoba, 56 años) demostró su desparpajo y temprano talento en Dabadabadá, un programa de Televisión Española emitido a comienzos de los años ochenta donde realizaba pequeñas coreografías de canciones infantiles. Desde aquel debut no paró: a los 14 años entró en el Ballet Nacional de España y a los 16 ya actuaba como primer bailarín. Poco después creó su primera obra, Cibayí, y su consagración llegó en 1995 con Pasión Gitana, un espectáculo que forma parte de la historia de la danza más allá de las fronteras españolas y que este año celebra su trigésimo aniversario.El próximo 21 de marzo el cordobés vuelve a subirse al escenario con Esencia, su último proyecto, estrenado en 2018, pero pausado primero por su paternidad (tiene dos hijos, de seis y cuatro años), después por la pandemia y más tarde por un problema de salud que le obligó a bajar el ritmo una temporada. El espectáculo podrá verse en el Pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada, única fecha en España, y Cortés lo define como “un musical flamenco”. “Tiene una superproducción a nivel técnico y luego aparte hay 17 músicos en vivo, la música original la hacemos nosotros también, fusionamos el flamenco con la música clásica, latina, árabe, con jazz… Y a nivel de danza vienen ocho bailarinas y fusionamos el flamenco con la danza contemporánea, con el ballet clásico…”.Más informaciónPregunta. Sus giras suelen alargarse muchos meses, ¿cuál será su siguiente parada?Respuesta. Vamos a Colombia, a México, a varios países de Latinoamérica… A medida que voy abriendo países van saliendo otros, la gira no está cerrada. Casi todas mis obras han dado la vuelta al mundo, nunca mejor dicho: unas han durado dos años y otras cuatro. Pero la media han sido dos o tres años, por eso calculamos que como mínimo dos años vamos a estar con Esencia. Lo que no sé ahora es si vamos a hacer 50 países o vamos a hacer 80. Mi idea es hacer 80 o 100 países e ir a los cinco continentes.P. Ahora que es padre, ¿le cuesta más la distancia y los viajes que implican las giras?R. El año pasado cuando hice los conciertos de Estados Unidos me llevé a mis hijos a Miami y estuvimos cuatro meses allí viviendo. Me iba a Nueva York, Chicago, Los Ángeles y volvía a Miami, que era la base. Ahora mismo me dices: “Tú vete un mes o mes y medio por ahí fuera” y te digo: “Sí, me voy”, pero en algún momento hago que vengan mis niños, aunque sea una semana.”No hay ningún bailarín en la historia, ni vivo ni muerto, que haya tenido casi un millón de personas viéndolo bailar en directo”, afirma Joaquín Cortés. Claudio ÁlvarezP. En 1995, hace ahora 30 años, presentó Pasión Gitana, la obra que le catapultó al estrellato.R. Pasión Gitana es la obra española más vista en el mundo. Este espectáculo fue un antes y un después en la historia de la música y la danza de este país, pero no aquí, en el mundo. Esa gira duró cuatro años, hicimos casi 100 países, nos vieron cerca de tres millones de personas en directo; aparte, casi un millón de personas en Río de Janeiro, en Copacabana. No hay ningún bailarín en la historia, ni vivo ni muerto, que haya tenido casi un millón de personas viéndolo bailar en directo. Fui pionero también porque entonces los bailarines no se podían vestir con moda, con alta costura, con grandes diseñadores. Fui de los primeros [el vestuario de la gira lo creó Giorgio Armani]y hoy en día está de moda.P. ¿En qué momento se dio cuenta del éxito colosal que había logrado?R. En esa época yo salía hasta en la sopa, estaba de pronto en la CNN en los informativos, en la BBC… en todos los medios de comunicación. Cuando hice el último concierto, el de Copacabana, el broche de la gira, ya no podía más. Viajábamos 60 personas desde España, todo compañía privada sin ningún tipo de ayuda institucional ni nada, y llegó un momento que me saturé y necesitaba desaparecer. Desde mi ignorancia pensé: “¿A qué país me voy que no me conozcan?”. Y elegí Cuba. Cuba es uno de los países más cultos del mundo, pero yo me voy a Cuba pensando: “Aquí no me conocen”, porque no era uno de los pocos países que no habíamos ido de gira. Nada más llegar al aeropuerto, aparecen dos señoras de la limpieza y me dicen: “¡Joaquín Cortés!”. Después me voy al hotel y, según llego, aparecen dos policías secretas y me dicen: “Señor Cortés, venimos de parte del comandante Fidel Castro, que quiere conocerlo”. Y les dije que no iba a poder ser porque estaba muy cansado. Realmente estaba muerto de cansancio, solo quería llegar y descansar. Luego me puse a pensar que le había dicho al dueño de la isla que no le quería ver. Pero pasé una semana o 10 días allí y se portaron increíble conmigo, iba por la calle y las chicas iban corriendo detrás de mí.Joaquín Cortés, durante su actuación de ‘Pasión Gitana’ en Londres, en marzo de 1996.Brian Rasic (Getty Images)P. Era un veinteañero cuando llegó a lo más alto. ¿Lo supo manejar siempre bien?R. No sé cómo pude masticar y digerir ese éxito porque fue una locura, no podía andar por la calle y en esa época no había redes sociales ni móviles. Me tenía que esconder en muchas ciudades. Pero tuve la gran suerte de tener unos padres y unos abuelos maternos que me supieron inculcar el tener siempre la cabeza amueblada y los pies en el suelo. Porque un niño con 22 años que de pronto se convirtió en una estrella mundial a través de las artes, de la música, del baile… de pronto, tener ese éxito tan gordo… llené plazas de toros, estadios de fútbol, algo que no se ha repetido ni en España ni en el mundo, ningún bailarín ha llenado un estadio.P. Cuando empezó a bailar no era tan habitual que un niño tomara lecciones de ballet en la España de la época, pero sus padres siempre le apoyaron. ¿Cómo vivió esos inicios?R. Era un tiempo en el que se acababa de morir Franco, iba al colegio y cuando era pequeño, con 11 años, cuando empecé a estudiar ballet, salía al patio y todos los días me peleaba porque se metían conmigo. El bullying del que hablan ahora yo lo viví solo por ser bailarín. Pero luego resulta que cuando entré en Televisión Española a bailar y me hice famoso con 12 años, en esa época solo estaba La 1 y La 2, te veía media España y de la noche a la mañana fui el héroe del colegio. Con los que me peleaba luego eran mis fans.P. En 2009, su legado artístico fue nombrado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, curiosamente antes de que el propio flamenco fuera reconocido como tal.R. Sí, la Unesco hizo patrimonio inmaterial de la humanidad mi legado artístico y coreográfico, como un monumento andante (ríe). Aparte, fui embajador del pueblo romaní en el Parlamento Europeo y daba charlas en el hemiciclo para todos los euroaparlamentarios y estuve mucho tiempo luchando para que el flamenco fuera también patrimonio inmaterial de la humanidad. En 2010 ocurrió, en un 80% lo logré yo y ¿qué paso? Nadie me dio las gracias, tampoco lo busqué, pero luché para que un movimiento cultural como es el flamenco a nivel mundial fuera patrimonio. Para mí era reivindicar por los míos y por España, cuando vas fuera te hablan del Barça, del Real Madrid y del flamenco.P. ¿Alguna vez se ha planteado transmitir su legado creando una escuela de baile?R. Me lo han propuesto varias veces. De hecho, mucho más en el extranjero que en España. Me lo han propuesto en Nueva York, en Miami, en Rusia hace muchos años, también estuvieron hablando conmigo en Japón. Nunca he querido porque siempre he estado muy activo, excepto en la pandemia que paramos todos. Pero ahora que acabo de cumplir 56 años, te planteas: “Si yo monto una escuela, yo no voy a decir que sea mi escuela la mejor del mundo, pero desde luego en calidad va a ser de las mejores”. En algún momento dado sí sería muy bonito enseñar a las nuevas generaciones todo el legado que yo he hecho. He visto tanto que por experiencia no será.Joaquín Cortés, fotografiado en un hotel de Madrid, el 10 de marzo de 2025.Claudio ÁlvarezP. Hace poco más de un año tuvo un susto de salud que usted mismo contó en sus redes sociales. ¿Ya se ha recuperado totalmente?R. Sí, fue algo que se quedó en un susto pero pudo ser muy grave. Pero gracias a Dios parece que hay alguien que me protege, porque si no llego a hacer una cosa que hice, a lo mejor no estoy aquí. Fui al hospital y ya me dejaron ingresado, tenía muy poco oxígeno en sangre, de repente me vi lleno de cables. Los médicos después del susto me obligaron a parar un poco para observarme.P. Su profesión le exige cuidarse mucho. ¿Cómo se mantiene en forma? ¿Acusa el paso del tiempo?R. Dieta no hago ninguna, entrenamiento sí. Lo único bueno para los que tenemos una edad es que el cuerpo tiene memoria, entonces está preparado. Puede que tú estés un poco relajado, pero cuando te tienes que poner el mono y entrar en faena porque dentro de poco empiezas una gira, tu cuerpo te ayuda porque está preparado desde niño. ¿Con los años vas perdiendo facultades o se supone que tu cuerpo va a peor? Eso es muy relativo. Yo tengo muy buena genética. Me tiro dos horas bailando en un escenario y me llegan chavales de 30 años que me dicen: “Eso no lo puedo hacer yo”. Ahora ensayo, entreno, es duro claro.P. Ha abarrotado los teatros más importantes del planeta, ha bailado en la Casa Blanca, en los Oscar, en los Nobel, ha hecho cine, moda, publicidad… ¿Qué le queda por hacer?R. Mucho. Ir a la luna por ejemplo.Joaquín Cortés actuando frente al presidente George W. Bush en la Casa Blanca, el 15 de septiembre de 2004.
Shawn Thew (EPA)P. ¿Es de los que viajaría a la luna?R. No, no (risas). Pero una cosa que tengo muy positiva es que ese niño que soñaba con volar de pequeño, y que cumplió su sueño, lo sigo teniendo dentro y no quiero que se muera nunca. Es el que me hace tener un mundo imaginario, es el que me deja jugar hoy con mis hijos, reírme y pasármelo bien y ser más niño que ellos.P. ¿Se plantea retirarse en el futuro?R. El que nace artista se muere artista. El artista muere en el escenario. Me siento en un teatro a ver una obra y mis piernas, por no estar en el escenario, se ponen a temblar. El escenario es mi hábitat, mi habitación, mi mundo imaginario. No somos inmortales, el baile tiene una fecha de caducidad, la mayoría de bailarines a los treinta y pico se retiran; yo tengo 56 y estoy trabajando a un nivel de competitividad alto, de Champions, no estoy jugando en tercera división. Lo que se trata es de seguir difundiendo el arte, la danza, la música y la cultura y yo he nacido para esto.

Joaquín Cortés: “No sé cómo pude masticar y digerir el éxito porque fue una locura” | Gente
Shares: