Hoy, 21 de abril, se celebra el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación desde 2017. Este año la celebración es un poco más amarga, pues afronta un reto importante: la administración de Donald Trump ha decidido desmantelar los programas de Diversidad, Equidad, Inclusión y Accesibilidad (DEIA) en Estados Unidos, tanto del gobierno como de las empresas que contratan con este. Estos programas, que han ido consolidándose a lo largo de las últimas décadas, persiguen alcanzar la igualdad de colectivos infrarrepresentados, como mujeres, personas LGTBIQ+, de etnia no caucásica, entre otras variables. Estos programas mejoran la productividad de las empresas y del gobierno, al detectar con más anticipación posibles problemas y ser más creativos en la resolución del trabajo.Este movimiento ha generado un impacto global, tanto en las políticas de los EE UU como en las multinacionales y en el talento que las nutre de innovación y conocimiento. La orden ejecutiva amenaza con excluir de la contratación pública a aquellas empresas que desarrollen programas de diversidad e inclusión, desafiando los valores fundamentales de diversidad en Europa, primer destino global de inversión extranjera.Un gobierno que ataca la diversidad de su talento se provoca un harakiri en su productividad. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha emitido órdenes ejecutivas que eliminan programas DEIA en el gobierno federal y en empresas contratistas. La más reciente, titulada Ending Illegal Discrimination and Restoring Merit-Based Opportunity (del inglés Finalizando la Discriminación ilegal y volviendo a la oportunidad basada en méritos), no solo revoca décadas de políticas afirmativas, sino que también impone nuevas restricciones para las organizaciones que promuevan iniciativas de diversidad. Estas medidas incluyen la cancelación de fondos federales para programas relacionados con género, orientación sexual y accesibilidad, así como el despido masivo de empleados dedicados a estas áreas en agencias como la NASA y el Centro de Control de Enfermedades (CDC).Más informaciónEste giro de 180° en el rumbo de Estados Unidos desmantelando sus políticas de diversidad cobran especial relevancia dado su papel como líder global económico, de conocimiento y de innovación. Estas intenciones que hoy Trump está transformando en realidades se comparten en eventos como la CPAC, o conferencia política de acción conservadora, donde múltiples líderes europeos también asisten. Por el otro lado, los actos de censura que desfinancian programas de investigación en Estados Unidos, también se dan en ayuntamientos en España, donde se descatalogan libros dedicados a la diversidad sexual y de género en las bibliotecas.La eliminación de programas de los programas de Diversidad o DEIA tiene consecuencias directas para la innovación científica y tecnológica y la movilidad del talento científico e innovador. Estudios recientes, como recuerda un editorial reciente de Nature han demostrado que la diversidad en equipos científicos mejora la calidad del conocimiento generado, especialmente en áreas como ensayos clínicos o investigaciones sobre salud LGTBIQ+. Sin embargo, los recortes federales y las restricciones migratorias están dificultando la movilidad de investigadores diversos hacia EE UU, lo que podría provocar una fuga de talentos hacia Europa.En el plano empresarial, portales de contratación de personales de alta cualificación como LinkedIn o MyGWork han reportado un incremento de más de un 50% de solicitudes por oferta. Dados los cambios en narrativa empresarial que han protagonizado empresas como Mastercard, Salesforce o American Express, según ha publicado Financial Times, hay una parte del talento que se ve amenazado y busca empleadores que se mantengan firmes en su compromiso con la diversidad.En respuesta, países europeos han comenzado a desplegar iniciativas para atraer talento. España ha ampliado su programa ATRAE con 45 millones de Eur para este año para contratar investigadores de calibre global, con un foco particular en aquellos afectados por los recortes estadounidenses, mientras que instituciones como el Instituto Pasteur en París y la Universidad Libre de Bruselas han abierto plazas específicas para continuar líneas de investigación sin presiones ideológicas.Las empresas multinacionales enfrentan ahora un dilema estratégico. Por un lado, deben cumplir con normativas europeas como la Women on Boards Directive, o Directiva de Paridad Corporativa, que exige paridad e inclusión en el género a lo largo de toda la jerarquía empresarial. Por otro lado, El nuevo entorno estadounidense observa las políticas DEIA como criterio de exclusión para contratar con el gobierno o incluso ilegales. Las multinacionales tendrán dificultades para cumplir con los dos escenarios a la vez. Algunas compañías han optado por mantener sus programas DEIA (como Cisco), mientras que otras los han reestructurado o cambiado su nombre para evitar conflictos legales con el gobierno de EE. UU. En algunos casos de compañías cotizadas, la respuesta de los accionistas no deja lugar a dudas: la semana pasada, una abrumadora mayoría del 97% de los accionistas de Apple rechazaba una propuesta en la que se cuestionaban políticas de diversidad e inclusión.Este escenario nos desvelará respuestas a preguntas que muchos nos hemos hecho: ¿Las políticas DEIA eran realmente pilares corporativos o simplemente tácticas superficiales de pinkwashing? La acción corporativa de los próximos meses revelará qué empresas están comprometidas genuinamente con estos valores y cuáles solo buscaban beneficios a su reputación o fidelizar un grupo de consumidores.Las acciones de Trump contra los programas DEIA representan una prueba global sobre nuestro compromiso político, académico y empresarial con la diversidad y con la ciencia y conocimiento de calidad. Mientras EE UU retrocede hacia un modelo mal llamado meritocrático, Europa avanza hacia una inclusión más robusta. Este choque cultural podría redefinir los flujos de talento e innovación en el mundo, consolidando a Europa como un refugio para quienes buscan trabajar sin restricciones ideológicas.Este 21 de abril, Día Mundial de la Innovación, es el momento de recordar a nuestras administraciones que deben aprovechar esta oportunidad para fortalecer sus programas inclusivos, atraer talento global y demostrar que la diversidad no es solo una estrategia corporativa, sino un valor esencial para construir sociedades más fuertes e innovadoras.Roi Villar Vázquez es presidente fundador de PRISMA, Asociación por la Diversidad Afectivo-Sexual y de Género en Ciencia, Tecnología e Innovación.

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