Del carbón a los datos pasando por las renovables. La aragonesa Samca, grupo familiar con más de 4.000 empleados en medio mundo, encarna en su trayectoria el devenir de la economía y la transición verde y digital que preconiza Europa. Empezaron en los años setenta en el Teruel negro del carbón, explotando por primera vez en España minas a cielo abierto en Ariño, y este lunes han presentado el mayor proyecto digital de centros de datos con autoconsumo renovable propio en la misma comunidad que los vio nacer. “Es un proyecto vertical que nos permite aprovechar la energía que generan nuestros parques con el consumo que suponen los centros de datos”, dice su vicepresidente, Guillermo Luengo. Y así todo se queda en casa. El Gobierno de Aragón ha celebrado a primera hora de esta mañana un consejo extraordinario para declarar la inversión de estratégica y reducirle, como al resto de tecnológicas, los trámites y las cargas fiscales. En total, esta inversión supondrá, según datos facilitados este lunes, una inyección de 2.627 millones de euros, y la creación de 2.300 empleos en la fase de construcción y 320 estables una vez en marcha estas instalaciones. Todo de aquí al 2030.La novedad de este proyecto es que, a diferencia de los impulsados por tecnológicas como Amazon y Microsoft también en Aragón, que dependen todavía de concursos del ministerio para engarcharse a la red en algunos de sus centros, este proyecto ya nace con el enchufe a Red Eléctrica Española (Redeia) a través de la subestación del Jalón, y se autogarantiza, con fuentes renovables propias, hasta un 60% de la energía que necesita a través de siete parques eólicos propiedad de Samca. Cinco de estos parques, en el corredor del Ebro, se repotenciarán con las últimas tecnologías ―un 80% menos de molinos, pero más potentes― para facilitar gradualmente el aumento de consumo que suponen estas granjas de servidores. La hibridación de estas instalaciones y el almacenamiento de la energía en baterías de litio cerrarán el círculo. Al final de su implantación, el consumo de energía alcanzará los 300 megavatios. La ubicación aragonesa, a 35 kilómetros de la capital Zaragoza. no ha sido, de nuevo, casualidad. Además del origen autóctono de la propia empresa y “su apuesta por el territorio” como subrayaba su vicepresidente Guillermo Luengo, “el emplazamiento ―en 464.000 metros cuadrados en la ribera alta del Ebro― es clave por su fácil conexión con redes troncales de fibra óptica, el acceso al agua a través del Canal Imperial de Aragón y, una vez más, las facilidades administrativas del Gobierno autónomo”. El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha cifrado en 472 millones de euros lo que recaudará en impuestos en las distintas administraciones este proyecto en los próximos 10 años. Lo que no se ha concretado en este anuncio es lo que supondrá en consumo de agua. “Dependerá de los tipos de servidores que se vayan a alojar”, ha dicho Luengo. Los centros de datos de Samca se ofrecerán, y ahí está el negocio, para alojar los ordenadores de empresas que lo demanden. Según la tecnología que utilicen estas compañías para refrescar sus terminales, el consumo será más o menos elevado. Es precisamente, el consumo tan intensivo de agua y energía lo que provoca mayor controversia en este tipo de negocios. Sin embargo, cuando al presidente Azcón le preguntaban este lunes si su Gobierno piensa poner algún límite a estas instalaciones, él ha respondido sin titubear: “No hay límite a que vengan inversiones que generan empleo en Aragón salvo los de la red de energía y la sostenibilidad”. A lo que añadió: “No vamos a poner límites”. Azcón saca pecho de este Aragón al que no paran de llegar inversiones, sobre todo tecnológicas, al calor de tanto parque renovable. “Hablamos de 47.000 millones de euros en proyectos anunciados, pero estamos más cerca de los 50.000”, ha dicho. Amante de las grandes cifras, el presidente popular ha presumido especialmente por el made in Aragón de esta inversión que, seguramente, no será la última.Samca: la sociedad minera catalano-aragonesa que asciende de la mina a los datosHay empresas con olfato para los negocios y el presidente de Samca lo tenía. Ángel Luego, fallecido en Zaragoza en 2021, compró en los setenta esta sociedad minera catalano-aragonesa que había empezado su andadura explotando minas de carbón en Teruel, pero él apostó por hacerlo a cielo abierto, y empezó a diversificar la actividad. Una decisión estratégica que resultaría vital cuando la minería dejó de ser negocio y hubo que reconvertirse. Él ya lo había hecho. Del carbón había ampliado a las arcillas, consiguiendo, a día de hoy, que las de Teruel sirvan de materia prima a todo el sector cerámico español.
Luengo amplió cartera y negocios comprando empresas, algunas en situación difícil, pero que le sirvieron para tocar muchos palos, desde la agroalimentación a los polímeros plásticos o la logística y lo inmobiliario, lo que provocó un crecimiento exponencial en un grupo que se extendió por varios países y continentes dando trabajo hoy a más de 4.000 personas en el mundo.
Pero el salto digital que han protagonizado hoy lo dan gracias a la pértiga, también suya, de las renovables. La empresa también tuvo olfato para introducirse en el sector de los molinos y la producción de sus parques genera hoy un buen pellizo del total renovable que se produce en esta comunidad de polvo, viento y sol, como cantaba Labordeta. Luengo falleció en 2021 dejando herencia millonaria y un buen conflicto familiar que hubo que dirimir en los tribunales. Habitual de la lista Forbes, había creado un imperio de más de mil millones de euros, tuvo ocho hijos, y no todos estuvieron de acuerdo con su reparto. Hoy ha sido su nieto, Guillermo, el que ha contado esta inversión en la que vuelven a ser pioneros como aragoneses.

La aragonesa Samca impulsa tres nuevos centros de datos en esta región con energía renovable propia | España
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