La contaminación atmosférica y las zonas verdes influyen en los problemas emocionales y de conducta que presentan los niños, según un nuevo estudio realizado por los equipos de investigación de los hospitales Vall d‘Hebron y Sant Joan de Déu de Barcelona. La investigación, publicada a finales de marzo en la revista Child and Adolescent Mental Health, se centró en el comportamiento de más de 4.000 niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 10 años en 48 escuelas e institutos de toda Cataluña desde el 2013 al 2019. Los resultados demostraron que la exposición a contaminación atmosférica, especialmente las partículas PM10, se asocia a un mayor riesgo de problemas emocionales como la ansiedad y la depresión en los niños, al cabo de un año de exposición. Por otra parte, el trabajo demostró que la presencia de espacios verdes cerca de la escuela disminuye las alteraciones en la conducta de los niños.“El objetivo principal de la investigación es estudiar la asociación entre la salud infantil y los espacios verdes, lo que hemos visto es que los distintos contaminantes parecen aumentar la probabilidad de problemas de desarrollo emocionales y la presencia de espacios verdes parecería ser un protector”, ha explicado la doctora Silvia Alemany, investigadora principal del estudio. La investigación de los equipos médicos tomó en cuenta dos aspectos clave. Por una parte, los científicos estudiaron las consecuencias de la exposición de los niños a varios contaminantes del aire, como el dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión PM-10, que salen, entre otros, de los coches o del polvo. Para calcular los niveles de contaminación y las consecuencias en la salud de los infantes, se envió un cuestionario a los padres, que evaluaron su comportamiento en base a 112 ítems. Gracias al formulario de preguntas, se otorgó a cada niño una cantidad determinada de puntos conforme a los síntomas que presentaban.Por otro lado, se analizaron las consecuencias de tener áreas verdes a menos de cien metros del colegio en el comportamiento de los niños. Los científicos observaron que la cercanía de estos espacios reducía el comportamiento agresivo de los niños y niñas. El equipo investigador ha señalado que esto puede ser a causa de efectos beneficiosos derivados directamente de la exposición a zonas verdes, como la reducción de los niveles de estrés, o a través de la promoción de la actividad física, la interacción social, el juego libre, o la reducción en el ruido. El estudio tomó en cuenta la exposición a contaminación y la proximidad a espacios verdes durante períodos entre uno y cuatro años antes de la evaluación de los problemas emocionales y de conducta. El equipo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR que participó en la investigación, en una imagen cedida.VHIRUna de las novedades de la investigación radica en que el trabajo liderado por los hospitales Vall d’Hebron y Sant Joan de Déu toma en cuenta toda la extensión del territorio catalán. Según Alemany, “en los últimos cinco años han empezado a publicarse investigaciones cada vez más grandes, el nuestro forma parte de los más recientes y a diferencia de otros realizados en España, este abarca toda Cataluña”. Los problemas emocionales y de conducta son frecuentes en la infancia. Un 13,4% de niños, niñas y adolescentes sufren problemas de salud mental alrededor del mundo, según el centro de investigación del Vall d’Hebron. En esta ocasión, el estudio consideró tanto “síntomas internalizantes” (como la tristeza, preocupaciones o temores), como “externalizantes”, que incluyen conductas agresivas como meterse en peleas o mentir.Actualmente, existen varias investigaciones que vinculan la contaminación y la salud mental en adultos, pero los científicos del hospital han destacado que es esencial estudiar estos efectos en la infancia, ya que es una etapa clave del desarrollo y pueden tener consecuencias en la edad adulta. Aunque la contaminación puede provocar problemas futuros, “el efecto de estos factores en la salud de los niños es pequeño y siempre hay muchos factores que están interviniendo”, ha matizado Alemany. Desde el centro de investigación consideran importante que el estudio contribuya a reducir la contaminación y aumentar las zonas verdes para proteger la salud mental de los niños y niñas. “Es necesario apostar por estrategias para mejorar la calidad del aire y ampliar los espacios verdes, especialmente en áreas cerca de las escuelas”, ha subrayado la Rosa Bosch, coordinadora del programa.

Un estudio realizado en escuelas de Cataluña demuestra que la contaminación influye en la salud mental de los niños | Noticias de Cataluña
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