SpaceX ha logrado darse un respiro, después de tres pruebas consecutivas en las que su nave estrella explotó en pleno vuelo y de perder un vehículo más, durante los ensayos previos a su lanzamiento. Este miércoles, el décimo vuelo de prueba del megacohete Starship lo ha devuelto, aproximadamente, a la casilla en la que estaba en junio de 2024, cuando por primera vez logró que tanto el propulsor Super Heavy como la nave superior Ship completaran su vuelo suborbital y regresaran a la Tierra sin explotar: amerizaron suavemente sobre los océanos Atlántico e Índico, respectivamente, tras haber despegado de la base espacial de la compañía espacial de Elon Musk en la costa de Texas (EE UU). En el lanzamiento, las dos partes de Starship forman juntas un imponente conjunto de 121 metros de altura, que equivale a un edificio de 30 pisos.Ese logro no es poca cosa. Starship no solo es la nave más alta y potente de la historia de la carrera espacial, sino también la primera lanzadera de clase orbital que ha logrado posar su etapa superior —la nave en sí— de vuelta en la Tierra en posición vertical y de una manera controlada, con sus propios motores. Eso sí, ese gran hito para un vehículo espacial orbital tiene un importante pero: la nave todavía no ha logrado alcanzar la órbita terrestre. Y eso es imprescindible para que Starship consiga sus dos metas más ambiciosas, que son cumplir la promesa de Musk de volar a Marte en 2026 y lograr posar astronautas de la NASA en la Luna en 2027, culminando el regreso de humanos al satélite terrestre 55 años después de la última misión Apolo.Más información“Ha sido un gran día para la NASA y nuestros socios comerciales en el espacio”, declaró en la red social X el administrador de la NASA en funciones Sean Duffy, tras felicitar al equipo de SpaceX y afirmar que “el éxito del vuelo 10 allana el camino para la Starship HLS [siglas en inglés de sistema de aterrizaje humano] que llevará a los astronautas estadounidenses de vuelta a la Luna en la misión Artemis 3”. Lo cierto es que, en su última prueba hasta la fecha, Starship no ha logrado ningún hito relevante que no hubiera conseguido antes. Y como SpaceX no ha desvelado ningún cronograma de las pruebas que pretende realizar hasta conseguir que su nave Starship sea un módulo de alunizaje humano seguro, es imposible saber con realismo si lo conseguirá para la fecha actualmente prevista de lanzamiento de la Artemis 3, que será como muy pronto a mediados de 2027. Mientras tanto, China ha anunciado que llevará a sus primeros astronautas a la superficie lunar en 2030. Estos son logros conseguidos por el megacohete de Elon Musk, y sus grandes retos pendientes, para que pueda ayudar a que EE UU gane la primera gran carrera espacial del siglo XXI, destinada a lograr una presencia humana continuada en la Luna:¿Qué ha conseguido el vuelo 10 de Starship?De entrada, romper una racha de tres pruebas fallidas, todas las realizadas previamente en 2025, que acabaron con la explosión de al menos la nave superior Ship. La última vez había sido en mayo, durante el vuelo de prueba 9, y la décima prueba no ha podido ser hasta tres meses después porque la nave que SpaceX estaba preparando explotó en tierra en junio, provocando importantes destrozos en la base espacial Starbase que la compañía espacial de Elon Musk tiene en Texas (EE UU).La de este miércoles ha sido la primera prueba de Starship desde que Musk terminó su aventura política como asesor de Trump en la Casa Blanca. Además de volver a realizar un amerizaje suave de las dos partes de la lanzadera espacial —cosa que SpaceX ya había conseguido, en 2024 durante las pruebas 4,5 y 6—, la nave Ship logró este miércoles encender en el espacio uno de sus motores Raptor. Ya lo había conseguido también previamente en el vuelo 6, el pasado mes de noviembre; y esa maniobra es crucial para que, en el futuro, la nave pueda estabilizar su trayectoria y colocarse en una órbita terrestre baja. Ese es siempre el primer paso, tanto para viajar por el espacio, como para mandar allí sondas no tripuladas o para, simplemente, desplegar satélites que se queden girando alrededor de la Tierra. Además, una nave ya en órbita necesita encender sus motores para realizar las siempre necesarias correcciones de su trayectoria y también para poder iniciar el descenso de vuelta a la superficie terrestre.La décima prueba de Starship también ha servido para lograr algo nuevo para esa nave: simular la suelta de satélites en el espacio, con un dispositivo inspirado en el dispensador de los caramelos Pez. Esta vez no eran verdaderos satélites, sino maquetas a tamaño real, y no quedaron girando alrededor de la Tierra porque este vuelo era suborbital: siguieron una trayectoria parabólica y cayeron minutos después, desintegrándose en su reentrada a la atmósfera. Además, SpaceX realizó múltiples modificaciones en la trayectoria de vuelta del propulsor y de la nave superior, destinadas a conseguir unos regresos más eficientes y a recopilar datos para mejorar esa fases del vuelo en las próximas pruebas. En ese sentido, el propulsor Super Heavy no regresó a la base y no fue atrapado por las gigantescas pinzas robóticas de la misma torre de lanzamiento —cosa que sí hizo en las pruebas 5, 7 y 8, en octubre de 2024, y en enero y marzo de 2025—, porque esta vez ese no era el plan de vuelo. ¿Cuál es el siguiente gran reto de Starship?Para que los planes de Musk de llevar Starship a la Luna y a Marte sean viables, el siguiente paso crítico es colocar la nave superior en órbita; y SpaceX se apuntaría un esperanzador tanto si lograse ese hito antes del final de 2025. Eso no pasará en el próximo vuelo de prueba, el número 11, que debería ser en las próximas semanas si SpaceX pretende retomar el ritmo de lanzamientos tras su éxito casi total de este miércoles. En el vuelo 10, el principal problema ha sido que una parte de la sección de popa de la nave pareció sufrir una explosión en el minuto 47 de vuelo. También, alguna de las aletas de la nave quedó dañada durante su reentrada en la atmósfera; pero, aun así, logró amerizar suavemente en el océano Índico. Que tanto la nave como el propulsor explotaran tras completar sus amerizajes era lo esperado.El vuelo 11 será el último de la versión 2 de la nave Ship. Esa segunda generación estaba destinada a consolidar los logros de la primera, pero los ingenieros de SpaceX han necesitado cuatro intentos para poder estabilizarla durante el vuelo. Según las investigaciones de la propia compañía espacial, los problemas de los anteriores vuelos fallidos —y de la otra explosión en tierra— han sido debidos a distintos problemas estructurales que llevaron a una despresurización y a grandes fugas de combustible.Tras un año sin avances, las esperanzas de Musk y de la NASA para que la nave alcance por fin la órbita terrestre están depositadas en la versión 3 de la parte superior de Starship, que debería despegar por primera vez en la prueba 12 prevista para este otoño, según los escasos detalles de sus planes que filtra SpaceX.Recreación artística de la Starship HLS, en la que SpaceX está trabajando junto con la NASA para poder transportar astronautas entre una órbita lunar y la superficie de la Luna, durante las misiones Artemis 3 y Artemis 4.NASALos únicos cohetes en activo que rivalizan con algunas capacidades de Starship son el SLS de la NASA —desechable y con un altísimo coste de fabricación— y el New Glenn de la compañía espacial Blue Origin, propiedad del también multimillonario Jeff Bezos. Ambas lanzaderas espaciales sí han logrado ya alcanzar la órbita terrestre baja; y lo hicieron durante sus vuelos de prueba inaugurales, en noviembre de 2022 y en enero de 2025, respectivamente. Pero hoy por hoy, ninguna de las dos puede llevar al espacio una nave espacial con la capacidad de descender humanos a la superficie de la Luna. Starship es la única baza de EE UU para regresar allí antes de que llegue China.¿Qué mejoras necesita para llegar a la Luna?La tercera generación de la nave superior Ship —que llevará también los nuevos motores Raptor 3— estará también equipada con los sistemas necesarios para repostar en la órbita terrestre. Para que pueda encender sus motores y salir disparada hacia la Luna, o hacia Marte, SpaceX necesita rellenar los depósitos de la nave una vez que se ha estabilizado en el espacio; porque para conseguir que una nave de semejante tamaño —la versión 3 alcanzará los 70 metros de altura— abandone la gravedad terrestre, sus tanques de combustible no pueden ir llenos. La innovadora idea de SpaceX es lanzar múltiples naves de servicio que vayan recargando poco a poco la nave principal. Pero tal volumen de transferencia de combustible en el espacio no se ha realizado nunca, y menos con metano, que es un propelente apenas utilizado hasta ahora en cohetes espaciales.Elon Musk: We’ll hopefully demonstrate orbital propellant transfer next year.“One of the other technologies that’s key for Mars is doing orbital propellant transfer. So you can think of this like similar to aerial refueling for airplanes, but in this case it’s orbital refilling… pic.twitter.com/gzwrVLaiGH— ELON CLIPS (@ElonClipsX) June 12, 2025

Para poder lograr este repostaje en órbita sin desperdiciar múltiples naves y cohetes, SpaceX necesita también perfeccionar la recuperación y reutilización del propulsor —el que fue recuperado en el vuelo de prueba 7 volvió a volar en el 9, pero explotó— y también algo que nunca ha logrado: conseguir lo mismo con la nave superior.Elon Musk afirmó el pasado mayo que SpaceX podría intentar lograr esos hitos en 2026, un año después de lo que pretendía. Con esas principales mejoras, Starship teóricamente ya podrá viajar por el sistema solar. En la práctica, el sistema empleado por SpaceX para su desarrollo hace prever que serán necesarias numerosas pruebas para ir puliendo detalles. Aun en el supuesto de que la empresa aeroespacial de Musk fuese capaz de retomar el ritmo de avances con su nave que tuvo en 2024 y lograse tener lista esas capacidades en 2027, la NASA necesitará pruebas previas de aterrizaje y despegue en la Luna sin tripulación. Solo así la nave quedará homologada para su uso con astronautas en las misiones Artemis. Pero Musk y su equipo no son los únicos que tienen deberes. Ellos son los encargados de hacer posible la última etapa del viaje: descender a los astronautas desde la órbita de la Luna a su superficie. Antes de eso, la NASA tiene que conseguir llevar hasta la órbita lunar a los astronautas en su cápsula Orion, algo que está previsto que suceda durante la misión Artemis 2 en 2026, si no se siguen acumulando nuevos retrasos en ese plan.¿Y Marte? ¿Puede volar allí en 2026?En el caso de viajar a Marte, el verdadero sueño de Musk —y adonde el propio magnate promete que mandará misiones no tripuladas a finales de 2026—, el reto es aún más complejo y costoso. Aunque Starship llegase a esa próxima ventana de lanzamiento marciana lista para viajar por el espacio, una cosa es llegar hasta la órbita del planeta rojo y otra mucho más compleja es poder aterrizar con éxito allí. La exploración de Marte con robots acumula numerosos intentos de aterrizaje fracasados: solo la NASA y la agencia espacial china lo han logrado con éxito total. Así que, siguiendo su estrategia de ensayo y error, SpaceX planea lanzar varias Starship a Marte en 2026 —para realizar distintas pruebas—, además de tener lista su versión de la nave lunar para la misión Artemis 3 en 2027 y poder cumplir así los compromisos con su principal cliente, la NASA. Tales avances, en tan poco tiempo y en dos colosales y diferentes proyectos a la vez, superarían con mucho el nivel de los históricos logros de SpaceX en los últimos años. De entrada, la compañía espacial de Musk debería ser capaz de aumentar drásticamente su ritmo de lanzamientos: de las 10 pruebas de Starship hasta la fecha, dos fueron en 2023, cuatro en 2024 y, de momento, otras cuatro en 2025. Cinco éxitos y cinco pruebas fallidas son hasta ahora el balance del mayor y más ambicioso cohete de la historia de la carrera espacial.

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