
El tiempo para pensar se le ha multiplicado a María Varela desde que es paciente oncológica. En agosto, se echó al monte, a caminar. Su cabeza empezó preguntándose con rabia por qué le había tocado a ella. A sus 43 años le han diagnosticado un cáncer de mama metastásico. Ningún cribado de la sanidad pública se lo detectó porque en Galicia, como en la mayor parte de España, estas pruebas no se realizan hasta que la mujer cumple 50 años. Madre de un niño de siete, el tumor la sumió primero en “la tristeza más absoluta”. Luego, el interrogante que taconeaba en sus caminatas fue mudando: “Le daba vueltas a qué falló en el sistema, a cuál era el agujero por el que me había colado yo”. Y sintió entonces la necesidad de intentar tapar ese boquete para que no caiga nadie más. Varela ha emprendido una campaña en Change.org para reclamar que los cribados de cáncer de mama se realicen desde los 40 años ante la detección de tumores en mujeres cada vez más jóvenes. Esa tendencia, que también perciben los médicos, la vislumbra ella a su alrededor. Hasta ahora, le han llegado más de 53.500 apoyos en forma de firma y una ola de “energía, cariño y comprensión”. “Hay que adelantar los cribados. Es un clamor popular, se nota en el ambiente”, defiende esta vecina de A Baña (A Coruña) sobre una reivindicación que “no va contra el PP ni contra el PSOE, es sanitaria”, incide. “Invito a los responsables políticos a que vayan al hospital de día del CHUS [Complexo Hospitalario Universitario de Santiago] a las 12 de la mañana. Verán que han tenido que poner sillas en los pasillos porque no cabemos en las salas de espera. Y hay de todo, no solo gente mayor, también mujeres jóvenes. Me ha tocado a mí, pero le puede tocar a cualquiera”.Con la petición de Varela de adelantar los cribados de cáncer de mama coinciden todas las entidades consultadas pero con discrepancias en la edad de inicio. La Sociedad Española de Radiología Médica secunda la propuesta de los 40 años. Esgrime que “los avances tecnológicos y nuevas evidencias científicas generadas en los últimos años” así lo aconsejan: “Existen nuevas evidencias de aumento de incidencia en edades tempranas y beneficios significativos para el grupo etario de mujeres entre 40-50 años, con una reducción de mortalidad a 10 años gracias al cribado”. Nuevas tecnologías, añade esta sociedad científica, permiten además reducir la dosis de radiación y aumentar al mismo tiempo la precisión del diagnóstico.La Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma), que representa a 45.300 mujeres afectadas por esta patología, aboga por respetar la última recomendación del Consejo de la Unión Europea y marcar la edad de inicio de los cribados a los 45 años. “Para rebajarla a los 40 años, de momento, no hay base científica”, explica su presidenta, Antonia Gimón.Manifestación en Sevilla contra el escándalo de los cribados de cáncer de mama en Andalucía el pasado octubre.
Raúl Caro (EFE)Laura Canosa tenía 40 años y acababa de ser madre de su tercer hijo cuando le diagnosticaron un cáncer de mama muy agresivo. Fue el año pasado, en una mamografía rutinaria que le hicieron a través de su seguro privado. “Primero te preguntas qué has hecho mal. Nadie de mi familia ha tenido cáncer, no fumo, fui mamá con 28 años, les di el pecho a mis hijos, y no tengo sobrepeso. Llegas a la conclusión de que cuando te toca, te toca. Y cada vez nos toca más jóvenes”.La “sensación” de que el cáncer de mama está afectando a mujeres cada vez más jóvenes la repiten Canosa, Varela, Gimón y también los médicos, pero en España no hay un registro estatal único que sirva para comprobar con datos que es una realidad. Esa percepción y esa carencia las apunta la doctora Marta Blanco, de la Asociación Española contra el Cáncer. Sobre la conveniencia o no de adelantar la edad de los cribados a los 40 años, Blanco explica que la medicina “necesita tiempo para valorar el equilibrio entre los beneficios y los inconvenientes” de la medida. Una mamografía, esgrime, no es una prueba inocua, ya que conlleva radiación y en determinadas edades, como entre los 40 y los 45 años, pueda dar demasiados falsos positivos por culpa de la configuración del tejido de las mamas. Esos falsos diagnósticos conllevan ansiedad para las afectadas, pruebas agresivas que acaban revelándose como innecesarias (por ejemplo, una o varias biopsias), y hasta sobretratamientos. La oncóloga señala que actualmente la evidencia científica de que un cribado disminuye la mortalidad solo es “fuerte” si abarca a una población diana de entre 50 y 69 años. Si se baja el rango a los 45 años, se queda en “moderada”.Con todo, la realización de los cribados de cáncer de mama desde los 45 años en toda España sí está sobre la mesa del Ministerio de Sanidad. Fuentes del departamento de Mónica García confirman a este periódico que, tal y como exige la normativa, esta ampliación de la franja de edad (que llegaría además a los 74 años) está siendo evaluada ya por la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del SNS (RedETS). Este organismo, del que forman parte las agencias de evaluación sanitaria de las comunidades autónomas, es el que debe determinar su “seguridad, eficacia, efectividad y coste-efectividad”. La horquilla que se analiza coincide con la última recomendación del Consejo Europeo.Varela no estaba incluida en el cribado de cáncer de mama por tener menos de 50 años y además su diagnóstico tardó demasiado, cuenta ella. En diciembre pasado, empezó con un dolor de espalda. Su padecimiento fue creciendo de tal manera que el médico de cabecera le pidió unas placas en abril. Tardaron dos semanas en hacérselas y el Servizo Galego de Saúde (Sergas) no le comunicó los resultados hasta que acabó en urgencias a finales de mayo porque ya no podía ni andar. Recuerda que le admitieron que ningún radiólogo había visto aquella prueba que le habían practicado un mes antes: la imagen había sido sometida a un análisis de IA y no había saltado ninguna alarma. Allí en urgencias sí la miraron bien y descartaron la lumbalgia. Lo que tenía era un cáncer de mama metastásico.El objetivo de su campaña ahora es evitarle al resto el dolor que han sufrido y sufren ella y su familia. Varela defiende que la ampliación de los cribados a las mujeres que cumplan 40 años supondría un ahorro millonario en tratamientos para la sanidad pública. Solo una caja de una de las ocho pastillas que ella toma a diario cuesta unos 3.000 euros. “Se trata de que la medicina sea más preventiva que curativa”, apunta Canosa. A ella le detectaron el tumor en la sanidad privada, pero es la pública la que ha asumido su complejo tratamiento.Desde los 45 años en algunas comunidadesS. V.En España, el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama establece como recomendación general que las mamografías se le realicen a las mujeres de entre 50 y 69 años cada dos años. Hay comunidades que han optado por ampliar esta franja de edad tanto por arriba como por abajo y además las pruebas se adelantan también en determinados casos (que haya antecedentes familiares, por ejemplo). Navarra las ofrece a partir de los 45 años, al igual que ocurre en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja, Ceuta y Melilla. En el caso de Murcia, la edad es a partir de los 47 años. Los estudios médicos revelan que el programa de cribados en España ha reducido entre un 20% y un 40% la mortalidad por cáncer de mama, el que más afecta a las mujeres.
La cruzada de una gallega para que se adelanten los cribados de cáncer de mama: “Es un clamor popular” | Noticias de Galicia
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