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El 13 de noviembre, cuando salía de una clase en la Facultad de Derecho de la Universidad Externado, César Julio Valencia Copete recibió una llamada desde el Departamento Administrativo de la Presidencia. En ella le confirmaron que sería designado como el cuarto ministro de Justicia del gobierno de Gustavo Petro. Ese mismo día, pese a los quebrantos respiratorios que lo han aquejado recientemente, inició los trámites administrativos para asumir el cargo.Valencia no es un desconocido en el campo jurídico. Fue magistrado y llegó a presidir la Corte Suprema de Justicia. Además, su trayectoria incluye 35 años entre la enseñanza y en los despachos judiciales de Bogotá, experiencia que suele destacarse cuando se compara su hoja de vida con la de otros juristas.Sin embargo, una semana después de esa llamada, cuando el decreto de nombramiento estaba prácticamente listo, Valencia decidió dar un paso al costado. A última hora le comunicó al presidente Petro que no aceptaba conducir el Ministerio de Justicia tras la salida de Eduardo Montealegre, justo en un momento de fuertes tensiones institucionales y retos mayúsculos para esa cartera.Poco antes de ingresar nuevamente a clase en el Externado, el exmagistrado habló con EL TIEMPO sobre su estado de salud, su visión frente a la política de ‘paz total’ y la relación que ha mantenido con el jefe de Estado.César Julio Valencia en 2007 cuando fue presidente de la Corte Suprema de Justicia. Foto:EFE¿La principal razón para desistir del cargo fue por un problema de salud?Me vi forzado, contra mi voluntad, a desistir del honroso nombramiento que me hizo el Presidente de la República. Hace más de diez años tengo un problema de salud relacionado con mis pulmones, por lo que pedí una consulta con dos médicos neumólogos. Tras realizarme más exámenes de laboratorio, me indicaron que no debía asumir esa responsabilidad, que requiere dedicación permanente. A veces necesito oxígeno y no puedo permanecer mucho tiempo sin él.¿Cómo le comunicó al presidente Gustavo Petro?El martes, a las 7 p.m., me atendió personalmente el Presidente. Le reiteré mi más profundo agradecimiento, mi deseo de colaborar con él y que me hubiera gustado acompañarlo, lo que habría sido un honor. Sin embargo, le expliqué mi complicación de salud e incluso le compartí mi historia clínica y los dos conceptos médicos.Cuando se anunció su posible nombramiento, algunos sectores afirmaron que usted es petrista. ¿Es así?Con Petro nunca he compartido un tinto ni he tenido acercamientos personales. Él seguramente me conoce, y lo que sí hemos compartido es una vida parecida en cuanto a los ataques que hemos sufrido. No he militado en ningún partido político; soy un hombre librepensador con ideas progresistas. Mi único contacto con él fue en un acto oficial, cuando nos otorgó la Cruz de Boyacá el 14 de diciembre del año pasado; no hablé con él individualmente.Pero, ¿alcanzó a hablar con él sobre temas bandera de Petro?Me recibió de manera muy amable, pero esos temas no se llegaron a comentar. Yo habría estado dispuesto a acompañarlo, pero ese asunto nunca estuvo sobre la mesa. De haber aceptado, habría sido porque coincidía con muchos de los temas que él había planteado. Sin embargo, esa discusión no se profundizó; fui a tratar otros asuntos y la reunión duró apenas media hora.César Julio Valencia Copete y el presidente Gustavo Petro. Foto:Archivo ParticularLos choques entre el Ejecutivo y las Cortes se han vuelto recurrentes. Como exmagistrado de la Corte Suprema, ¿usted iba a fungir como un puente?Habría hecho todo lo posible, en la medida de mis alcances, para limar cualquier controversia, dificultad, roce o malentendido en lo que me correspondiera.Usted no es un jurista de pocos quilates y no iba a llegar a firmar decretos porque sí. ¿Cuál es el perfil que debe llegar?El Presidente escogerá a una persona con todas las capacidades para asumir el cargo con responsabilidad, lealtad y compromiso con el gobierno del cambio. Seguramente habrá otras personas que también podrían desempeñarlo muy bien. El Presidente será quien tome la decisión final, seleccionando a alguien de altísimas calidades.A nueve meses de terminar el mandato de Petro, ¿cómo ve la política de ‘paz total’?El ministro que llegue debe, entre otras tareas, estudiar y caminar el proyecto de paz que tiene el Presidente, porque es, como lo dice la Constitución, un derecho obligatorio. El compromiso con la paz me parece fundamental.¿Estaba dispuesto a apoyar una asamblea nacional constituyente?No me adelanto al tema de la constituyente porque no quiero ser irresponsable sin haberla leído minuciosamente. No quiero dar una opinión aventurada o a la ligera; necesito tenerla a la vista para opinar con certeza. Sin embargo, estoy de acuerdo con la mayoría de los proyectos del gobierno.Otro de los retos con los narcocultivos es que el mismo presidente Gustavo Petro, según el informe de la ONU, dijo que crecieron un 3,56 % en 2024…Con base en algunas pruebas o proyecciones, el Presidente buscará demostrar, y creo que tiene elementos suficientes, que los resultados pueden ser distintos. Existen factores que podrían explicar que las cifras sean menores. Yo hablo a manera de hipótesis: el gobierno se propone, con estudios serios, demostrar que esas proyecciones no se ajustan completamente a la realidad. Esto no se hace por mala fe ni malentendidos; hay factores que pueden generar errores. La misión de la ONU está clara, pero el gobierno pretende contrastar los cálculos utilizando la prueba disponible, y habrá que esperar los resultados.Juan Diego Torres Dielas@eltiempo.com
