“¿Qué recomendaciones me harías para realzar mi belleza natural?“, escribió Kelly Alessandra Pozo en ChatGPT y subió una foto de su cara. “¿Podrías darme sugerencias de maquillaje, color y corte de pelo, por favor? Genérame una imagen con el ejemplo”, añadió a su petición. El chatbot más popular le devolvió una serie de consejos y una foto con los retoques indicados. “Antes, para recibir asesoramiento estético, tenías que ir a un profesional y pagar. Ahora puedes tener un primer acercamiento con la IA [inteligencia artificial]que si se usa bien puede darte ideas muy acertadas”, añade Pozo, de 30 años y de Madrid.Luego Pozo subió el resultado a su cuenta de TikTok, que se viralizó y ya lo han visto 1,7 millones de personas. Otras cuentas ya habían subido pruebas parecidas con un éxito similar. “Vi originalmente el tiktok en inglés, donde una persona usaba IA para preguntar por ‘consejos para mejorar su apariencia’, así que me lancé. Hay muchos tiktok donde preguntan a la IA por consejos de belleza, glow up y colorimetría”, añade.Con ChatGPT aprendí que el dorado es el que me va, que soy paleta cálida, cual es el mejor corrector y maquillaje para mi, que ropa me sienta mejor con mi cuerpo. Me hizo una lista de compras para el Costanera Center y además me dice si algo me queda bien. Recomiendo.— Derin Mavi (@MaviZappa) May 15, 2025

Una búsqueda en esa y otras redes de las palabras ChatGPT, belleza y maquillaje da docenas de resultados. La IA se usa para todo: terapia, charla informal, programación, dibujar y también para belleza. “Es una buena herramienta, pero limitada para mi gusto”, dice Myriam Pascual, influencer y especialista en marketing de marcas. “Una máquina no puede explorar creativamente cómo es una persona y se va a basar en respuestas comunes, en bases de datos estándar. Es como leer una revista de belleza, pero como si el artículo fuera solo para ti”.Esta búsqueda de respuestas comunes entraña un riesgo que va más allá de elegir un maquillaje demasiado visto, ya que la máquina puede estar promocionando estándares de belleza demasiado rígidos, estereotipados e inalcanzables. Porque sus consejos surgen del estándar de belleza femenina más popular en internet. Además, ChatGPT no solo da consejos de belleza, también ofrece imágenes: muchas usuarias acompañan sus peticiones de una foto suya, y el chatbot responde con la imagen modificada, que abre la puerta a resultados poco realistas. Mucho se ha discutido sobre el uso de filtros de belleza en redes sociales y cómo estos pueden estar minando la autoestima y la salud mental de quienes lo usan. Y esto podría ser una versión a pequeña escala del mismo problema.A alguna generación este uso de la IA puede parecerles raro o arriesgado. “Es el nuevo espejo de la madrastra de Blancanieves, me parece que responde a una necesidad de validación que podría estar sustentada en una inseguridad y falta de autoestima”, dice la psicóloga Lucía Núñez. Y añade: “Una consulta se puede hacer, no pasa nada, se solía hacer a las amistades, otra cosa es que lo tenga que validar ChatGPT, porque ¿a qué canon de belleza responde ChatGPT?” Precisamente la metáfora del espejo es obvia para los más jóvenes también, igual que algunos de sus riesgos, como explica Pozo: “Es un espejo digital, uno que no te devuelve solo una imagen, sino un relato. Es entretenimiento, autoafirmación y a veces hasta terapia exprés”.Le pedí a chatGPT que me dijera los errores en mi maquillaje y en lugar de agüitarme, me levantó el ego 🤌🏻🫢— Anethsita🪷 (@aneth_sol13) May 30, 2025

Esta mezcla de consejos útiles, vanidad gracias a la inquebrantable energía positiva del chatbot y ahorro de tiempo y dinero, son las claves para las chicas que han probado este método. Porque son sobre todo chicas, al menos abiertamente online. “La verdad es que no he visto a ningún chico haciéndolo, todo lo que me sale son chicas, y muchas están explorando esto desde el juego, pero también desde un punto de vista emocional”, dice Pozo.La variante emocional e íntima es clave. “No sientes vergüenza o reparo en preguntar si algo te queda bien, es perfecta para gente reservada o vergonzosa, y preguntas la cantidad de veces necesarias sin sentir que eres una pesada”, dice Victoria, de Buenos Aires (Argentina) y de 39 años, que prefiere no aparecer con su nombre completo. En su caso, la conversación es equivalente a un asesor personal, que resulta ser un robot. “Le compartí una foto mía sin maquillaje, preguntándole cuál es el mejor corrector de ojeras del mercado para mí”, explica Victoria. “De ahí me preguntó si me gustaba el maquillaje natural o más glam. Con ese asesoramiento le pedí que se explayara más en lo que es colorimetría y productos de acuerdo a mi estilo. Me gustaron sus recomendaciones y lo llevé al plano de tinturas para el pelo, tipo de cuerpo y prendas que me resultan favorecedoras”, añade. Después Victoria le compartió varias prendas de vestir, con las que me creaba outfits y proponía cómo realzarlos. A partir de ahí ya se ha montado una especie de asesor gratis, dice: “Con todo este entrenamiento y mi perfil armado, suelo ver una prenda o maquillaje y directamente le pregunto si me queda bien y en su respuesta me sugiere combinaciones con ropa que ya tengo”. Al final son opiniones ajenas que salen gratis, dice Victoria: “La asesoría de imagen solía ser para gente con el dinero suficiente para pagarlo, ahora esto está al alcance de todos”.Tener un asesor de belleza completo y personalizado es una de las grandes ventajas de la IA. Así lo ve Flopa, de Montevideo (Uruguay), de 33 años y que prefiere no dar más detalles personales: “Si quisiera saber sobre el corte de pelo, debería ir a un peluquero; sobre las cejas, a un especialista; sobre maquillaje, a una maquilladora. La IA te da una respuesta, una imagen, una opinión. Reitero que puede estar errada, pero al ser tan rápida siento que es útil”. “Yo personalmente lo uso como una tercera opinión, lo mismo que le pregunto generalmente también a una amiga”, añade. A pesar de este optimismo, sigue habiendo algo extraño en subir una foto a una plataforma de este tipo. El mismo Sam Altman, fundador de OpenAI, creadores de ChatGPT, decía recientemente en un pódcast que hace falta más claridad legal sobre qué ocurre con los datos privados que subimos a un chatbot. “Hay que abordar esto con cierta urgencia, y los políticos con los que he hablado en general están de acuerdo. Tiene sentido querer tener claridad sobre la privacidad antes de usarlo mucho”, dice Altman. Ni siquiera OpenAI deja claro qué ocurre con la información que recoge de sus usuarios. “He revisado la información que me da ChatGPT como usuario de pago en la propia aplicación y no me ha quedado claro si se comprometen a no usar mis datos”, dice Julio Gonzalo, catedrático de lenguajes y sistemas informáticos de la UNED. “Es como un taxista indiscreto, nadie te asegura que no le vaya a contar todo lo que le has confesado al próximo que se suba al taxi”, añade.A sus usuarios puede parecernos extraordinario que una IA sepa analizar con detalle nuestra imagen. Pero internet está lleno de páginas o foros como Reddit donde gente sube su foto y pide que desconocidos les valoren sin piedad. “Una IA es la suma de sus datos y cuando se trata de consejos de belleza va a reproducir los patrones más habituales que ha encontrado en los datos de los que ha aprendido el lenguaje. En función del vocabulario con el que se le pregunté, aterrizará en una u otra región de su memoria y te contestará en ese estilo”, explica Gonzalo. Es difícil saber con certeza cuál es el criterio de belleza de ChatGPT.Como en muchos otros ámbitos de la vida, el potencial de este tipo de herramientas es enorme. Hay apps como StyleDNA con millones de descargas que analizan el armario y recomiendan compras. Este es por ejemplo un comentario positivo de esa aplicación: “Me da un poco de vergüenza admitir que casi no tengo ninguno de los colores que la app identificó en mi paleta, pero cuando saqué un abrigo que sí estaba en mi paleta para una entrevista de trabajo y me miré al espejo, ¡me quedé flipando! Mi piel, mi pelo y mis ojos brillaban de una forma increíble. ¡La IA lo clavó!”. “Si evoluciona bien y no se convierte en algo tóxico, creo que será una herramienta superpopular”, dice Pozo.

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