El Consejo Noruego para Refugiados (NRC) en su más reciente informe registró un total de 52 ataques a la educación en Colombia en el primer semestre de 2025. Esta cifra representa un alarmante promedio de un ataque cada tres días en seis departamentos del país donde la organización tiene presencia.EL TIEMPO conversó con el director del organismo, Giovanni Rizzo, quien hizo un llamado urgente a las instituciones estatales y a la comunidad internacional para que aceleren sus esfuerzos para detener esta tendencia. En Tibú, corazón del Catatumbo. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO @cesarmelgarejoa¿Cuáles son las principales causas que explican el incremento de personas afectadas por los ataques a la educación en 2025 frente a 2024, pese a que hubo menos ataques?Lo que evidenciamos en este reporte es que los ataques a la educación están poniendo en riesgo la vida de un mayor número de estudiantes, docentes y otro personal en las escuelas. El número de personas afectadas este año se incrementó el 65% en comparación con el mismo periodo de tiempo del 2024. Este incremento obedece principalmente a que la mayoría de los ataques a la educación se están reportando dentro las escuelas. Es decir, que la utilización de artefactos explosivos, el reclutamiento forzado de estudiantes o los combates armados cada vez se reportan más en las escuelas, en los salones de clases.  ¿Cómo fue el comportamiento de estos ataques?En el primer semestre del 2025, seis de cada diez ataques ocurrieron en la escuela; los ataques restantes ocurrieron en los caminos que conducen hacia las escuelas. La información recopilamos sugiere que todas las partes de los conflictos armados en el país tienen menos respeto por el carácter civil de las escuelas en medios de los conflictos armados no internacionales en Colombia. Esta situación es inaceptable.Giovanni Rizzo, director para Colombia del Consejo Noruego para Refugiados. Foto:Cortesía¿Qué tipo de actores armados están detrás de estos hechos?Nuestro reporte no tiene el objetivo de denunciar y tampoco recopilamos información de los actores armados, pero para la organización si es claro que todas las partes del conflicto, incluidas la fuerza pública, deben honrar su obligación de respetar las escuelas y proteger a las niñas, los niños y a cualquier otro civil de cualquier daño. Lamentablemente, grupos armados organizados están utilizando artefactos explosivos, como minas antipersonales en las escuelas o de camino hacia ellas y todos los actores armados que hacen parte del conflicto están utilizando las escuelas u ocupándolas con fines militares. Estas situaciones son inaceptables y deben detenerse.¿Cómo evalúa NRC la respuesta del Estado colombiano frente a los ataques reportados, especialmente cuando solo el 10 por ciento recibe atención oficial oportuna?En nuestro reporte reconocemos el compromiso de las autoridades nacionales, departamentales y locales en la implementación de la Declaración de Escuelas Seguras y el apoyo de la comunidad internacional para garantizar que las escuelas sean espacios seguros. Sin embargo, hay mucho por hacer especialmente en términos de la seguridad de estudiantes y docentes; por ejemplo, ningún estudiante debería ser reclutado por un grupo armado organizado en su salón de clases o de camino a la escuela. Ningún maestro debería ser amenazado de muerte y obligado a desplazarse por prevenir el reclutamiento forzado o el riesgo de violencia sexual en la escuela. Brindar primeros auxilios psicológicos es fundamental, capacitar a docentes y estudiantes sobre el riesgo de minas y reparar las escuelas afectadas por los combates, en algunos casos es una tarea pendiente. LEA TAMBIÉN ¿Qué le preocupa de estos ataques?Varias escuelas necesitan recursos para cercar sus escuelas y señalizarlas, por ejemplo, con banderas blancas, para prevenir que actores armados entren los salones de clases. Pero sobre todo nos preocupan los impactos de los ataques a mediano y largo plazo porque la suspensión presencial de clases puede ocasionar que niñas y niños abandonen la escuela. Según los reportes de la organización son docenas de niñas y niños, lo que por temor no quieren retornar a la escuela. Esos menores de edad quedan más expuestos a riesgos de reclutamiento forzado.¿Qué acciones concretas recomienda NRC para que las instituciones educativas dejen de ser ocupadas con fines militares?El compromiso de todas las partes en el conflicto para respetar las escuelas debería ser inquebrantable. Debería ser posible que en todas las negociaciones de paz del actual gobierno los actores armados, incluyendo la Fuerza Pública, se comprometan a respetar las escuelas. El incremento de los recursos económicos para mejorar la infraestructura escuelas es clave, solo así los directivos y docentes tendrán la oportunidad de mejorar los cerramientos o señalización de sus escuelas para disuadir a los actores armados. El rechazo de la población colombiana, de los medios de comunicación, de las autoridades y de la comunidad internacional sobre estos hechos es fundamental para detener el uso y ocupación de escuelas con fines militares.¿Han tenido contacto con el Ministerio de Educación o con las Fuerzas Militares para coordinar acciones que disminuyan estos riesgos?La responsabilidad de proteger la educación depende de la acción y coordinación de varias instituciones del Estado. El Ministerio de Educación o el Ministerio de Defensa son actores claves, pero no son los únicos que deben actuar para garantizar la protección de la educación. En las recomendaciones de nuestro reporte también hacemos llamados a la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Sistema Nacional de Bienestar Familiar (SNBF), las Entidades Territoriales, la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la Unidad para la gestión del Riesgo de Desastres, La Oficina del Alto Comisionado para la Paz, Fecode o la Agencia Nacional de Tierras. Las escuelas solo serán espacios seguros cuando actuemos de forma conjunta y coordinada. Es la única forma.Redacción JusticiaJusticia@eltiempo.comMás noticias de Justicia:

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