En esta historia Kilmar Abrego García, el migrante salvadoreño deportado por error desde Estados Unidos a su país natal a pesar de que una orden judicial prohibía su expulsión, es David; y Goliat es el Gobierno de Donald Trump. Del lado de Abrego está la justicia, con el Tribunal Supremo habiendo ordenado su retorno a suelo estadounidense. Pero no está nada claro que el joven logre derrotar al gigante de la Administración republicana, que, tras varias derrotas en los tribunales, ha decidido emplear ahora una nueva estrategia de ataque: retratarlo como un monstruo. Kilmar Abrego —con quien el senador demócrata Chris Van Hollen logró reunirse este jueves en El Salvador— sigue defendiendo su inocencia.El Gobierno ha hecho pública una serie de documentos con los que pretende justificar la deportación de Abrego García, a pesar de que inicialmente admitió que esta se llevó a cabo por un “error administrativo”. Tras negarse durante semanas a aportar pruebas en su causa contra el salvadoreño, los expedientes publicados por el Departamento de Justicia y de Seguridad Nacional son un intento de probar su afirmación de que Ábrego García es un delincuente violento y peligroso, miembro de la banda criminal salvadoreña MS-13, para así validar su expulsión a El Salvador junto a otros presuntos pandilleros. La publicación se produce después de que dos jueces federales reprendieran a la Casa Blanca por esas deportaciones.Entre los archivos difundidos el miércoles por el Departamento de Justicia figura un expediente policial de Maryland en el que se detalla cómo unos agentes evaluaron que Abrego García era miembro de la MS-13 durante una detención en 2019. En ese momento no tenía antecedentes penales, lo que también consta en el informe, y sus abogados y familia han negado rotundamente que el salvadoreño de 29 años —y con residencia en Estados Unidos desde hace 13— sea miembro de una banda criminal.En el expediente, titulado “hoja de entrevista de campo de pandillas”, con fecha de 28 de marzo de 2019, el Departamento de Policía del Condado de Prince George describe que ese mes abordó a Kilmar Abrego García junto con otras tres personas por merodear en un estacionamiento de Home Depot en Hyattsville (Maryland). Abrego alegó que estaba allí buscando trabajo de obrero.Agentes del ICE detienen a un hombre frente a una sucursal de Home Depot en enero de 2025, en Tucson, Arizona. Rebecca Noble (REUTERS)Los oficiales lo identificaron como un criminal por la ropa que tenía puesta. “Llevaba una gorra de los Chicago Bulls y una sudadera con capucha con rollos de dinero que cubrían los ojos, las orejas y la boca de los presidentes en las distintas denominaciones. Los agentes saben que esa vestimenta es indicativa de la cultura de las bandas hispanas”, se lee en el escrito. Los policías aseguraron que tales insignias, que “representan ‘ver, oír y callar”, demostraban que Abrego García era miembro de la MS-13, cosa que confirmaron con “una fuente confidencial fiable”. Esta fuente también les dijo que, dentro del grupo, el hombre tenía “el rango de ‘Chequeo’ con el apodo de Chele”.Abrego García fue entregado entonces al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Pero ese mismo año un juez de inmigración prohibió que fuese deportado a El Salvador por considerar que había demostrado que su vida corría peligro si regresaba a su país natal, donde su familia había sido víctima de extorsión por parte de las pandillas locales cuando Abrego García era solo un niño. De hecho, el salvadoreño emigró a Estados Unidos de formar irregular en 2012 para escapar de las bandas, cuando tenía 16 años. Con la orden del magistrado, pudo permanecer en Estados Unidos y recibir un permiso de trabajo.No tuvo más encontronazos con las autoridades de inmigración hasta este año, cuando a mediados de marzo fue detenido por agentes del ICE y, tres días después, puesto en un vuelo de vuelta a El Salvador. Abrego García fue uno de los más de 200 inmigrantes salvadoreños y venezolanos a los que el Gobierno de Trump deportó por las bravas el 15 de marzo a la megaprisión construida por el presidente del país centroamericano, Nayib Bukele, denunciada por sus malas condiciones y la violación de derechos humanos de los reclusos. Para acometer las expulsiones, el Gobierno de Trump se escudó en la Ley de Enemigos Extranjeros, de 1798, que solo se ha utilizado tres veces en la historia y siempre en contextos de guerra.Kilmar Abrego García con una gorra de los Chicago Bulls, una de las prendas que los agentes migratorios han asociado con las pandillas. Abrego Garcia Family (via REUTERS)En el caso de Abrego García, el Tribunal Supremo ordenó hace una semana que la Administración Trump “facilitara” su regreso a Estados Unidos. El Gobierno, sin embargo, sostiene que no tiene autoridad para hacerlo porque está encarcelado en un país extranjero. Y el presidente salvadoreño aseguró el pasado lunes durante una visita a la Casa Blanca que no tiene ninguna intención de soltarlo porque es un “terrorista”.“No va a volver a nuestro país. El presidente Bukele dijo que no lo iba a enviar de vuelta, fin de la historia”, insistió la fiscal general, Pam Bondi, en una rueda de prensa el miércoles. Incluso si El Salvador quisiera devolverlo a Estados Unidos, añadió Bondi, el Gobierno lo volvería a deportar. “Le mandaríamos en un avión de vuelta. Nunca hubo una situación en la que él se fuera a quedar en este país. Ninguna, ninguna”, aseveró.A la justicia, no obstante, no le convencen los argumentos del Gobierno. El jueves, un tribunal federal de apelaciones dijo que la afirmación de la Administración Trump de que no puede hacer nada para liberar a Abrego García “debería ser escandalosa”. En otro revés judicial para Trump, un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del 4º Circuito de Estados Unidos señaló que el presidente está “afirmando un derecho a esconder a residentes de este país en prisiones extranjeras sin la semblanza del debido proceso que es la base de nuestro orden constitucional”. Los magistrados se negaban así a suspender la decisión de la jueza a cargo del caso, Paula Xinis, de ordenar que funcionarios de la Administración Trump declaren bajo juramento para determinar si cumplieron con su instrucción de facilitar el regreso de Abrego García.En una audiencia el martes, Xinis exigió al Gobierno que en las próximas dos semanas proporcione información y pruebas sobre lo que ha hecho —o no ha hecho— para traer al hombre de vuelta. A la vez, otro juez federal, James Boasberg, de Washington, amenazó el miércoles con declarar en desacato a la Administración Trump por desobedecer voluntariamente una orden que emitió el 15 de marzo para detener los vuelos de deportación a El Salvador, en los que viajaba Abrego García.Manifestantes se concentran durante una audiencia del caso Abrego García en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Greenbelt, Maryland, el 15 de abril.ANNABELLE GORDON (EFE)“Kilmar siempre ha sido un compañero y padre cariñoso”Otro documento que el Gobierno publicó este miércoles fue una copia de una orden de protección que la esposa de Abrego García, Jennifer Vásquez Sura, solicitó contra su marido en 2021. “Abrego García tenía un historial de violencia y no era el honrado ‘hombre de Maryland’ que los medios de comunicación han descrito. Según los archivos judiciales, la esposa de Abrego García solicitó una orden de alejamiento por violencia doméstica contra él, alegando que le había dado puñetazos, arañado y arrancado la camisa, entre otros daños. Este miembro de la MS-13 no es una figura simpática”, escribió en la red social X el Departamento de Seguridad Nacional al publicar el informe policial.En aquel momento, la justicia ordenó a Abrego García que no se pusiera en contacto con Vásquez Sura, que abandonara su domicilio y que se mantuviera alejado de la casa de otro familiar. El caso, sin embargo, fue desestimado en junio de 2021 después de que la mujer no se presentara a una audiencia final, y la pareja volvió a vivir junta.Vásquez Sura ha defendido a su esposo desde que fue deportado. En declaraciones a la prensa, aseguró que solicitó la orden de protección por cautela, tras un desacuerdo con Abrego García, porque ya había vivido una situación de violencia doméstica previa con otra pareja. Sin embargo, la cuestión con Abrego García “no fue a más” y la mujer decidió no seguir adelante con el caso, afirmó.“Pudimos superar esta situación en privado como familia, incluso acudiendo a terapia. Nuestro matrimonio se fortaleció en los años siguientes. Nadie es perfecto y ningún matrimonio lo es”, señaló Vásquez Sura. “Eso no justifica la acción del ICE de secuestrarlo y deportarlo a un país donde se suponía que estaba protegido de la deportación”. Vásquez Sura y los abogados de su esposo continúan la batalla legal por el retorno de Abrego García, que ya ha cumplido un mes encarcelado en su país natal. “Kilmar siempre ha sido un compañero y un padre cariñoso, y seguiré estando a su lado y exigiendo justicia para él”, sostiene su esposa.Reunión con un senador demócrataA su lucha también se han sumado varios miembros del Partido Demócrata. Hillary Clinton, ex secretaria de Estado bajo el Gobierno de Obama y antigua aspirante a la presidencia, pidió en sus redes sociales esta semana que los “estadounidenses de conciencia” se manifiesten contra la deportación del salvadoreño. “Si pueden enviar a Kilmar Abrego García a una prisión extranjera —sin acusarle de ningún delito, sin juicio—, pueden hacerlo con cualquiera”, advirtió.El senador por Maryland Chris Van Hollen viajó a San Salvador el miércoles y el jueves logró reunirse con Kilmar Abrego. Van Hollen es así la primera persona en contactar directamente con el preso desde su expulsión. El demócrata compartió una foto juntos, sin precisar dónde había sido hecha y con un breve texto: “Dije que mi principal objetivo de este viaje era reunirme con Kilmar. Esta noche he tenido esa oportunidad. He llamado a su mujer, Jennifer, para transmitirle su mensaje de amor. Espero dar una actualización completa a mi retorno”.I said my main goal of this trip was to meet with Kilmar. Tonight I had that chance. I have called his wife, Jennifer, to pass along his message of love. I look forward to providing a full update upon my return. pic.twitter.com/U9y2gZpxCb— Senator Chris Van Hollen (@ChrisVanHollen) April 18, 2025

El presidente salvadoreño Bukele respondió con otro tuit cargado de ironía en el que celebra que Abrego García haya “resucitado milagrosamente de los ‘campos de exterminio’ y la ‘tortura” y ahora esté “bebiendo margaritas con el senador Van Hollen en el paraíso tropical de El Salvador”. “Ahora que se ha confirmado que está sano, tiene el honor de permanecer bajo custodia de El Salvador”, añade Bukele en otro mensaje, confirmando así que seguirá en el país aunque sin aclarar si esa custodia será en prisión o de otro tipo.Now that he’s been confirmed healthy, he gets the honor of staying in El Salvador’s custody 🇺🇸🤝🏼🇸🇻 Nayib Bukele (@nayibbukele) April 18, 2025

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