El exfutbolista y empresario Gerard Piqué declaró este viernes en los juzgados de Majadahonda, donde estaba citado como investigado por el papel que jugó, junto al expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales, en las negociaciones que llevaron la Supercopa a Arabia Saudí y por las que se pactó una prima de cuatro millones anuales para la empresa de la que es socio fundador, Kosmos. Esto es 24 millones en total por los seis años pactados inicialmente. Su defensa se ha centrado en confirmar que efectivamente el contrato con Arabia se firmó gracias a su intervención, pero que se trata de una operación con las comisiones habituales, que suelen rondar el 10% del total, y que la federación no pagó ninguna parte de esa comisión. El trato para la disputa de los partidos de la Supercopa en Arabia se plasmó en un acuerdo por 264 millones de euros firmado en 2019 entre el entonces mandatario de la Federación, una empresa saudí, Sela, y la mercantil de Piqué. Cree el imputado que “sin Kosmos, el acuerdo entre la federación y Arabia no habría sucedido porque había presión social” y existía una “lucha entre la liga y la federación”. También ha explicado, según fuentes presentes en la sala, que se firmó la adenda al contrato original, con la que se aseguraba cobrar comisiones también por la posterior extensión del contrato por tres años más, “por la relación de confianza” con la RFEF.En su declaración, ha respondido solo a la juez, a la fiscal y a su abogado, pero no a las partes. Futbolista en activo hasta 2022, asegura que en ningún momento nadie le comunicó que pudiera haber un conflicto de intereses al compaginar su trabajo como deportista y el de empresario, pues creó una empresa dedicada inicialmente al negocio de los videojuegos en 2013. Piqué ha relatado, a preguntas de la judicatura y según puede leerse en la transcripción a la que ha tenido acceso EL PAÍS, que se entera de que la federación está interesada en llevar la Supercopa fuera de España a través de Fernando Soler, que trabaja con ellos y ya estaba haciendo trabajos con Sela en 2018 (un año antes de la firma del contrato en cuestión); por eso se fija ya entonces una primera reunión para enero de 2019.En aquel momento, señala, “la Supercopa era una competición que estaba un poco abandonada, había la sensación de que no se sabía muy bien qué hacer con esa competición. El hecho de que Sela quisiera llevarla a Arabia era una ocasión muy buena y que podía ser interesante para la federación”. Ya en aquella reunión se concreta verbalmente un acuerdo con unas comisiones del 10%. A partir de entonces, dice, contacta con Rubiales y con Rubén Rivera, entonces responsable de marketing de la RFEF. Después de varias reuniones y de que estuviera a punto de romperse el acuerdo, se retoman las conversaciones y este se cierra y se firma el 11 de septiembre. En ese contrato, Piqué, de acuerdo con su declaración, interviene “como asesor de los saudís”, aunque durante la negociación hubo contacto directo de Sela con la federación. El relato de Piqué dista ligeramente de la versión que defiende la investigación de la UCO de la Guardia Civil. Los investigadores señalaron en su día que, tras el nombramiento de Rubiales como presidente, la RFEF se planteó la celebración de la Supercopa fuera de España.“Entre los diferentes intermediarios que ofrecieron sus servicios para negociar, es preciso destacar que Piqué fue parte activa en el proceso a través de la sociedad de su representante [Arturo Canales] AC Talent”, detalla el informe, que destaca que esta empresa “recibió un mandato de exclusividad” firmado por la Federación para buscar “opciones de negocio” por la Supercopa en Estados Unidos, China y Japón. “En este contexto, se establecieron contactos con Amazon y con Sony sobre diferentes alternativas para la celebración del torneo”, añade.Más información“Mientras esto ocurría, en enero de 2019 la RFEF recibió un mensaje de otro empresario, Alfonso Roberes, en el que le informaba del interés de Sela por hacerse con los derechos del torneo con una oferta que su emisario calificaba de “muy atractiva” y que “nunca antes han hecho por un partido de Supercopa”. La UCO destaca que la propuesta recibió una respuesta negativa, aunque tan solo unos días después la propia federación se reunió directamente con la empresa saudí con la intermediación de Kosmos, la sociedad de Piqué, “terminando por acordar el inicio de las negociaciones”.El informe policial recoge que de la sucesión de acontecimientos “se ha podido inferir que la intermediación realizada por Kosmos habría sido realmente ejercida en favor de la RFEF y no de Sela”, como inicialmente se presentó. Al respecto, admitió el empresario en el juzgado que en el contrato hay una cláusula donde de manera expresa la federación establece que se reserva el derecho a rescindir el contrato si Sela no paga al comisionista, o sea a Piqué. Una cláusula que, explica él, se pone “porque en el momento que ves que el acuerdo es una realidad intentas proteger tu parte”. Hablaron con Sela y les dijeron que les habían traído una oportunidad y que querían protegerse en caso de que no les pagaran. A la federación le pareció bien porque al final “ganaban un derecho que podían ejecutar en cualquier momento y así ellos tenían más protección”. En su declaración, sin embargo, Piqué ha defendido que ni el acuerdo ni el cobro se hace a instancias de la federación. A preguntas de la fiscalía, el exjugador dijo no recordar que Rubiales le comentara nada sobre un proyecto de adenda de un precio de 44 millones en que iba incluida la comisión y que Arabia iba a pagar 28,5 millones y que pasó a 40. Pero tampoco recordaba una conversación telefónica con Rubiales para que considerara el precio como un conjunto y que la federación era quien le daría la comisión a Kosmos.Piqué, a su salida del juzgado de Majadahonda (Madrid) este viernes.Juan Medina (REUTERS)Piqué, que se ha declarado orgulloso por el acuerdo firmado con los saudís —“En cualquier otro país me hubieran puesto una estatua”, dijo, según los presentes— pidió la palabra antes de abandonar la sala y le dijo a la jueza que está sufriendo mucho y que el caso ha afectado a su reputación. Entonces, rompió a llorar.La juez investiga “posibles ilegalidades” en los acuerdos entre la RFEF y la entidad saudí Sela Sports. Acuerdos en los que, tal y como él mismo ha reconocido, consta como figura clave de la negociación la empresa de Gerard Piqué, en aquel momento todavía jugador del Barcelona, equipo que participaba en la competición, y que ejerció como “tercera parte”. El caso Supercopa es solo una parte de la llamada Operación Brodie, que investiga una supuesta trama ilegal en el seno de la Federación liderada por Rubiales, que tendrá que responder, junto a otros tantos, por los posibles delitos de corrupción, administración desleal y blanqueo de capitales.Los últimos documentos remitidos sobre el caso por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Majadahonda (Madrid), Delia Rodrigo, señalaban directamente al exfutbolista como parte activa del acuerdo, ahora bajo sospecha. De hecho, los agentes de la UCO planteaban a la magistrada la necesidad de librar una comisión rogatoria (solicitud de ayuda judicial) a las autoridades saudíes para solicitar información sobre la posible existencia de cuentas bancarias abiertas a nombre del exfutbolista, Rubiales y otras 10 personas más, así como de una quincena de sociedades, muchas de ellas ligadas a Piqué. Los agentes argumentan que esta información es fundamental “para la completa averiguación de los hechos investigados” y, en concreto, “para dilucidar no solo todo lo concerniente a la negociación para la celebración de la Supercopa de España de fútbol, sino también aquellos negocios ―ejecutados o intencionados― por algunos de los investigados con presumible ocasión de esta”.
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Gerard Piqué rompe a llorar al declarar por el ‘caso Supercopa’ y tras defender ante la juez que las comisiones que cobró son “habituales” | Fútbol | Deportes
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