El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, ha fijado este martes la postura oficial sobre Teuchitlán. “Tenemos totalmente probado que era un rancho de reclutamiento, adiestramiento y operación del Cartel Jalisco Nueva Generación”, ha afirmado el funcionario, que ha vuelto a rechazar que el inmueble fuera utilizado para algo más: “¿Había ahí un sitio de cremación? No hay una sola prueba que acredite ese dicho”. Gertz se ha referido a unos análisis realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que niegan que hubiera calentamiento “arriba de 200 grados”, aunque no ha dado ningún dato sobre estos estudios. Con esta última conferencia, el fiscal gana tiempo y apuntala la narrativa que ha buscado el Gobierno desde el hallazgo del rancho: era un centro de reclutamiento pero no de exterminio. Son pocas las respuestas nuevas que ha dejado la última comparecencia del fiscal general. Gertz llevaba semanas apelando a que sería en esta cita cuando la Fiscalía General de la República (FGR) expusiera todo lo que había encontrado. Sin embargo, aparte de nombrar los estudios de la UNAM, el funcionario no ha aportado las pruebas prometidas. Gertz ha repetido lo que ya había dicho el 8 de abril: “Los peritos de la Fiscalía levantaron todas las huellas de tierra, piedra y materiales de construcción, y no encontraron niveles de calentamiento arriba de 200 grados. Como esa era una afirmación que estaba muy en duda, la Fiscalía tomó la decisión de pedir a la UNAM que sus laboratorios nos hicieran un análisis de toda esa documentación que se había obtenido y nos dicen: que no podía haber sido arriba de 200 grados y se necesita llegar a 800”. Estas declaraciones chocan con el estudio de la Secretaría de Ciencia del Gobierno de México, al que tuvo acceso EL PAÍS, que identificó en el rancho “altas concentraciones de ceniza” y humo procedente de hogueras alimentadas con hidrocarburos “como gasolina, diésel o llantas” en 2019. Ese análisis, realizado a partir de imágenes satelitales, casa con los hallazgos de los colectivos de buscadores de desaparecidos que entraron al rancho a principios de marzo: hoyos y zanjas con aparentes restos de fuego. La investigación de la Secretaría de Ciencia también indica un tiempo de uso del rancho distinto al que ha atribuido hoy por primera vez el fiscal, que comprende de 2021 a 2024. Esto se basa en que la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ya en 2021, informó a las autoridades locales de Teuchitlán de que el rancho Izaguirre se utilizaba para reclutamiento: “Y no hicieron nada”, ha dicho Gertz. El lugar estuvo en funcionamiento hasta septiembre de 2024 cuando un operativo de la Guardia Nacional llegó al lugar, fue recibido con disparos de arma de fuego, y detuvo a 10 personas, rescató a dos que estaban secuestradas y halló también a una fallecida. Qué pasó desde entonces hasta que el colectivo Guerreros Buscadores Unidos de Jalisco entró al rancho se vuelve ahora todavía más confuso. Gertz ha mostrado dos imágenes: por un lado, las fotos tomadas por las madres buscadoras el 5 de marzo con el inmueble lleno de restos de ropa, maletas, zapatos y mochilas… y, por otro, una imagen atribuida al 19 de septiembre de 2024, cuando entró la Guardia Nacional, en el que se ve la misma sala del rancho totalmente limpia. “Nosotros fuimos a los antecedentes en el 2024 y miren lo que había: nada. Son fotos que ya están ante los jueces, no están puestas en duda”, ha dicho el funcionario. “En otras partes de esa construcción sí había [en septiembre] una serie de bolsas, con ropa, y esas bolsas las levantó la autoridad de Jalisco, se las llevó y sin haberlas periciado individualmente nos las acaba de devolver. ¿Qué quiere decir esto? Que al haber estado abandonado el inmueble, la situación dio ese cambio que ustedes están viendo”.

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