¿Marte o la Luna? La NASA debe deshojar la margarita que marcará su rumbo durante la próxima década. Y el primer paso para aclarar ese camino ha sido la comparecencia de este miércoles de Jared Isaacman ante el Senado estadounidense. El multimillonario, socio de Elon Musk y astronauta privado, ha sido nominado por Donald Trump como candidato a administrador de la agencia espacial; y ha dejado clara su preferencia por Marte durante su discurso inicial ante la comisión de la Cámara alta de EE UU que ha comenzado a evaluar su candidatura. El visto bueno de estos senadores es imprescindible para que el nombramiento de Isaacman como máximo responsable de la NASA acabe siendo efectivo.Aunque la experiencia en el espacio de Isaacman juega a su favor, el senador republicano Ted Cruz —presidente de la comisión de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado estadounidense que lo examina— le ha pedido, para valorar su idoneidad para el puesto, que muestre su compromiso explícito con el programa Artemis para que astronautas de la NASA vuelvan a pisar la Luna antes de 2030. Cruz ha insistido en la necesidad de que la NASA y EE UU lideren, “como en 1969″, la carrera espacial “para volver a llevar astronautas a la Luna; y esta vez para quedarse y establecer allí una base permanente”.Sobre todo, Cruz ha alertado del riesgo de ceder a China ese hito “y el dominio de la órbita terrestre baja, donde está la Estación Espacial Internacional” si los esfuerzos de la NASA se centran en llevar astronautas a Marte.Más informaciónSin embargo, el magnate tecnológico estableció como primer punto de sus objetivos al frente de la NASA el llevar a los astronautas estadounidenses más allá y “dar prioridad a Marte”, haciendo una referencia literal a la promesa de Trump en el discurso inaugural de su segundo mandato como presidente de EE UU. Además, cuando Isaacman mencionó las misiones lunares fue para preguntarse por qué ha llevado tiempo y por qué está costando tanto dinero regresar a la Luna, poniendo el actual programa Artemis como un ejemplo de lo que pretende mejorar y corregir, de los retos que afronta la agencia espacial estadounidense.En sus primeras preguntas, tanto el senador republicano por Texas, Ted Cruz, como la demócrata Maria Cantwell —senadora por Washington— volvieron a pedir a Isaacman que prometiera mantener el programa Artemis y no cerrar las plantas que se dedican a fabricar al cohete SLS para las próximas misiones a la Luna. Tanto en Texas como Washington miles de familias y parte de su tejido empresarial dependen de los actuales planes para regresar a la Luna, aunque sea como paso previo hacia Marte.Isaacman respondió primero con evasivas, alegando que priorizar Marte nunca supondría ceder a China la iniciativa en la carrera a la Luna, que las misiones lunares y marcianas son compatibles y que la NASA tiene experiencia “en lograr lo casi imposible”. No concretó cómo tiene pensado abordar ambos objetivos colosales durante un mandato presidencial en el que el departamento DOGE de Elon Musk aplicará fuertes recortes de presupuesto a la NASA.Ante la insistencia de Cruz, Cantwell y otros senadores, Isaacman acabó manifestando un cierto compromiso con las misiones Artemis 2 y 3. Cruz llegó a preguntarle si conoce las leyes que dotan de presupuesto ambas misiones y obligan a su ejecución. La primera de ellas deberá llevar en primavera de 2026 hasta la órbita de la Luna a cuatro astronautas de la NASA —los cuatro estaban presentes en la comparecencia—, que regresarán sin haber alunizado. La siguiente misión, prevista tras el último retraso para finales de 2027, sí está destinada a que los astronautas aterricen en la Luna. Hasta la semana pasada, la NASA sostenía que lo harían una mujer y una persona de color, pero ya ha retirado esa mención de su web para cumplir el decreto de Trump que elimina las políticas de igualdad y diversidad en la administración federal de EE UU.Marte, el sueño de Musk y TrumpIsaacman había manifestado antes su desacuerdo con la arquitectura de esas misiones Artemis, que dependen de los costosísimos cohetes SLS y cápsula Orión para el lanzamiento y transporte a la Luna de los astronautas. Sin embargo, este miércoles, ante los senadores de los que depende su nombramiento, ha acabado reconociendo que ese plan es el mejor para regresar a la Luna lo antes posible. Aunque, a continuación, advirtió de que esos vehículos espaciales que ha desarrollado la propia NASA no serán los idóneos para seguir mandando astronautas a la Luna, una vez que se haya resuelto la nueva carrera espacial entre EE UU y China para pisar de nuevo el satélite natural de la Tierra.El comité que examina a Isaacman ha insistido en mantener el enfoque actual de la agencia espacial —“primero la Luna, Marte después”— y se ha mostrado escéptico ante el objetivo principal del candidato. “¿Cuáles son las razones de seguridad nacional y de interés científico que le llevan a priorizar Marte sobre la Luna?”, le interrogó el senador demócrata Andy Kim. Isaacman tampoco concretó los motivos de esa elección, más allá de los deseos expresados por Donald Trump.Durante el discurso inaugural de su segundo mandato como presidente de EE UU, Trump no hizo ninguna mención a esas misiones de reconquista lunar que él mismo impulsó en 2017 durante su primera presidencia. En cambio, sí se comprometió a enviar astronautas “a plantar la bandera de las barras y estrellas en el planeta Marte”. Y Elon Musk, asesor de confianza de Trump, también ha prometido que mandará naves Starship no tripuladas al planeta rojo en 2026 y, si todo va bien, astronautas en la siguiente oportunidad: en diciembre de 2028 o enero de 2029, coincidiendo con las últimas semanas de Trump como presidente. Para Musk, el hombre más rico del mundo, las misiones a la Luna son una distracción de su gran sueño de llegar a Marte.

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