Cada vez son más las clínicas que ofrecen a los hombres optimizar su salud con una terapia de reemplazo de la testosterona (TRT), la hormona masculina por excelencia. La idea no es tratar problemas médicos, sino “optimizar” la energía, la concentración y la masculinidad. Quienes promueven estas terapias prometen a sus clientes aumentar el deseo sexual, mejorar la agilidad física y mental, erecciones más potentes y prolongadas, disminución de la grasa abdominal y aumento de la masa muscular. Una panacea masculina, en definitiva.¿Pero qué hay de cierto? Sin duda, la terapia con testosterona puede cambiar la vida de hombres con una deficiencia confirmada médicamente conocida como hipogonadismo, una afección en la que el cuerpo no produce suficiente testosterona porque los testículos o el sistema de control hormonal del cerebro no funcionan correctamente.Más informaciónEsto puede estar causado por lesiones, infecciones, problemas genéticos o enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes. Cuando los niveles de testosterona son realmente bajos, restablecerlos puede mejorar el estado de ánimo, el deseo sexual, la fuerza muscular y la salud ósea.También hay cada vez más investigaciones sobre los efectos metabólicos más amplios de la testosterona. En los hombres con niveles bajos que también padecen diabetes tipo 2, obesidad o enfermedades cardíacas, la terapia puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina (la eficacia con la que el cuerpo responde a la insulina para regular el azúcar en sangre), así como la distribución de la grasa y la salud de los vasos sanguíneos.El reto de las pruebas y el diagnósticoSin embargo, conviene ser precavidos. Muchas clínicas privadas dedicadas a la “salud masculina” señalan que síntomas como el cansancio, el estrés o la falta de motivación son posibles signos de niveles bajos de testosterona. Y animan a los hombres que los sufren a hacerse pruebas, corriendo ellos mismos con los gastos.El autodiagnóstico es peligroso e impreciso. Para empezar, estas pruebas se suelen realizar con muestras obtenidas mediante un pinchazo en el dedo, en lugar de con sangre extraída de una vena. Aunque las pruebas con punción en el dedo pueden ser más rápidas y cómodas, también son más propensas a dar errores si la muestra no se ha recogido con cuidado. Las muestras venosas tomadas por personal cualificado, por el contrario, son más fiables y suelen proporcionar resultados de mayor calidad.Los niveles de testosterona fluctúan de forma natural a lo largo del día, alcanzando su máximo nivel a primera hora de la mañana y descendiendo más tarde. Por eso, los médicos recomiendan realizar la prueba en dos mañanas diferentes, preferiblemente en ayunas. Una sola prueba sin ayuno puede dar resultados engañosamente altos o bajos.¿Nivel bajo de testosterona?No existe una definición única de lo que se considera “bajo nivel de testosterona”. Los rangos de referencia difieren entre laboratorios, y lo “normal” varía según la edad, la salud y la genética. Algunos hombres con niveles más bajos se sienten perfectamente bien, mientras que otros experimentan síntomas con el mismo nivel.La respuesta del cuerpo también depende de la sensibilidad de sus receptores de andrógenos, es decir, los interruptores moleculares que inician la acción de la testosterona dentro de las células. Por lo tanto, la concentración en sangre por sí sola no es un indicador fiable.Las directrices clínicas insisten en que el diagnóstico debe combinar los síntomas y los resultados de los análisis de sangre. Sin olvidar que muchos de los problemas que se atribuyen a los “niveles bajos de testosterona” (fatiga, falta de sueño, pérdida de motivación, aumento de peso) a menudo pueden estar relacionados con el estrés, la depresión o factores relacionados con el estilo de vida, como el consumo de alcohol y la inactividad.El mito de la optimizaciónLa testosterona se ha convertido en un símbolo cultural de fuerza y virilidad. Cuando la terapia con testosterona se considera un atajo para ganar confianza o masculinidad, en lugar de un tratamiento para una deficiencia real, puede atrapar a los hombres en un ciclo de dudas y dependencia.Cada vez son más los hombres que inician una terapia de testosterona a pesar de que sus niveles hormonales son normales, atraídos por promesas de mayor vitalidad, mayor concentración y mejor rendimiento físico.Sin embargo, elevar los niveles de testosterona por encima de unos 12 nanomoles por litro —la unidad estándar utilizada en los análisis de sangre— probablemente no produce más beneficios en las áreas relacionadas con la deficiencia de testosterona, como la función sexual, la energía o el estado de ánimo. Los hombres que ya se encuentran en este rango y añaden la terapia pueden exponerse a efectos secundarios con pocas o ninguna ventaja.Y una vez que comienza el tratamiento, la producción natural de hormonas del cuerpo se ralentiza, lo que significa que la terapia a menudo solo tiene efectos a largo plazo. Es más, dejarla puede provocar una especie de abstinencia temporal, ya que el cuerpo tarda en reiniciar la producción de testosterona.Puede provocar coágulos sanguíneos e infertilidadCuando se prescribe correctamente y se supervisa con cuidado, la terapia con testosterona es generalmente segura. Los temores iniciales de que pudiera aumentar el riesgo de cáncer de próstata han sido en gran medida desmentidos, y algunos estudios incluso sugieren que puede ofrecer protección.Sin embargo, otras investigaciones relacionan la terapia con un riesgo ligeramente mayor de fibrilación auricular (latidos cardíacos irregulares) y coágulos sanguíneos.Las preocupaciones más inmediatas se refieren a la fertilidad. El tratamiento reduce la señal del cerebro que activa la producción de testosterona y esperma en los testículos. Con el tiempo, esto puede provocar infertilidad, a veces permanente si la terapia se prolonga durante más de 3-5 años.En los hombres que aún desean tener hijos, los médicos pueden añadir fármacos llamados gonadotropinas, que imitan las hormonas naturales de fertilidad del cerebro para que los testículos sigan produciendo esperma. Pero requieren un tratamiento especializado.Brecha en la salud masculinaLa testosterona es un medicamento que solo se vende con receta médica por una razón: requiere un diagnóstico cuidadoso, análisis de sangre periódicos y una estrecha supervisión por parte de especialistas formados en medicina hormonal. Cuando se utiliza correctamente, la testosterona restaura la salud. Pero si se utiliza de forma descuidada, se corre el riesgo de socavarla.Cuando los hombres confían en anuncios online o clínicas privadas en lugar de someterse a una evaluación médica adecuada, corren el riesgo de recibir un tratamiento innecesario, o incluso perjudicial para su salud. El problema es que muchos hombres evitan acudir al médico, y la verdadera deficiencia de testosterona a menudo no se diagnostica.El auge de esta tendencia ha puesto de manifiesto una brecha que existe desde hace tiempo en la salud masculina. En Reino Unido, por ejemplo, las clínicas de endocrinología se están saturando con hombres que acuden a los servicios sanitarios en busca de tranquilidad, seguimiento o para controlar los efectos secundarios de una terapia que quizá nunca hayan necesitado. Con una supervisión adecuada y unos vínculos más sólidos con los sistemas de salud, evitaríamos tratamientos innecesarios.Daniel Kelly es profesor titular de Bioquímica en la Universidad de Sheffield Hallam, en Inglaterra.Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

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