A finales de febrero, la Secretaría de Salud lanzó un aviso epidemiológico alertando del aumento de casos de tos ferina, una enfermedad bacteriana que ataca las vías respiratorias y puede ser especialmente grave en niños. Aunque se trata de una infección prevenible a través de la vacunación, la tendencia al alza en México y el resto del continente se ha disparado desde el año pasado. Con 288 casos acumulados a nivel nacional en lo que va de 2025, el país se acerca a los 463 casos confirmados en todo 2024. Aunque el cuadro provocado por una infección puede pasar inadvertido en adultos sanos, la bacteria puede ser potencialmente mortal en bebés y niños menores de siete años.¿Qué es la tos ferina?Se trata de una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Bordetella pertussis, que se aloja en el tracto respiratorio y se caracteriza por provocar un cuadro con síntomas similares a la gripe común, que en un par de semanas evoluciona en tos paroxística, es decir, “ataques de tos incontrolables y muy desgastantes, que provocan que la gente se quede sin aire e incluso llegan a acompañarse de vómito”, explica a este diario Alejandro Sánchez Flores, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.A diferencia de otras enfermedades emergentes provocadas por virus como el SARS-CoV-2, la tos ferina es una vieja conocida y su incidencia en México y el mundo se mantuvo en mínimos durante décadas gracias a la vacunación, explica Sánchez Flores, mientras enumera las dosis enfocadas en proteger contra la tos ferina que forman parte del esquema de vacunación obligatorio en el país, una serie de inmunizaciones que incluye al menos cuatro dosis y un refuerzo que se aplican entre los dos meses y los cuatro años de edad.¿Cuáles son los síntomas de la tos ferina y cómo se transmite?Entre siete y 10 días después del contagio, una persona enferma de tos ferina atraviesa por tres fases con síntomas característicos en cada una: “Después [del periodo de incubación] inicia la fase catarral, que son dos semanas donde usualmente se piensa que se trata de gripa común con escurrimiento nasal, estornudos, lagrimeo, febrícula, etcétera”, explica Sánchez Flores. “Luego viene esta fase de entre cuatro y seis semanas, donde te la pasas tosiendo mucho, especialmente por la noche”. La última fase, de convalecencia, se caracteriza por una tos que va a menos, aunque se puede prolongar durante meses.La tos ferina se transmite a través del contacto directo con gotículas que una persona expulsa al respirar, hablar, toser o estornudar, que llevan consigo partículas de la bacteria. Si bien esta enfermedad puede pasar inadvertida entre adolescentes y adultos, la OMS alerta de que la mayoría de casos graves y muertes tienen lugar en bebés en las primeras semanas y meses de vida. El riesgo de la tos ferina en menores radica en que los ataques de tos pueden detener temporalmente la respiración, además del desgaste propio de una infección: “Por ejemplo, en bebés de meses no hay tanta tos, sino que dejan de respirar, se produce una apnea que puede ser muy grave. Además puede estar acompañada de fiebre y pueden dejar de comer, de dormir; el cuerpo se debilita mucho cuando se trata de un infante”, asegura el experto. En el otro extremo, los adultos mayores también resultan vulnerables, lo mismo que las personas con sistemas inmunes debilitados.El movimiento antivacunas y el desabasto de vacunas en México, claves del aumento de casosPara Sánchez Flores, el incremento observado de casos de tos ferina en México y el resto del continente americano obedece a un descenso en la vacunación, un factor que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamó a reforzar a mediados de 2024, ante lo que consideró “un aumento significativo de casos durante la segunda mitad de 2023 y los primeros meses de 2024″, después de registrar el nivel de cobertura de la primera y tercera dosis contra la tos ferina más bajo en dos décadas para la región.Además del descenso en la vacunación durante la pandemia de covid-19, se suma un factor clave: los movimientos antivacunas. El experto señala que la resistencia a vacunarse y el nuevo escepticismo ha disparado los casos en Estados Unidos, lo que trae aparejado un aumento de casos en México. “En 2024, en Estados Unidos hubo más de 35.000 casos, allá no están haciendo las cosas bien, hay mucha resistencia a las vacunas”, asegura. El desabasto de vacunas en México, un problema reciente que se ha agudizado en el último lustro, también contribuye a los brotes que amenazan con superar con creces el número de casos observados en 2024. “Si retomamos los esquemas de vacunación será mucho más fácil prevenir estas enfermedades de baja incidencia. Todo se reduce a a la vacunación: si tienes un esquema adecuado, la bacteria es neutralizada”.

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