Las insólitas lluvias de marzo han sido de tal magnitud que la reserva hídrica del país —el agua que acumulan los embalses— ha aumentado en solo tres semanas un 22,7%, hasta alcanzar los 39.895 hectómetros cúbicos (hm³). España consume anualmente unos 32.000 hm³ en los llamados usos consuntivos —la agricultura, la industria y los usos urbanos—, cuyo origen principalmente son los pantanos. Pues bien, el volumen de lo almacenado gracias a las precipitaciones solo entre el 4 de marzo y este martes ha sido 7.385 hm³, el equivalente a casi un año y medio del consumo urbano de España, algo que incluye lo que beben los hogares, los servicios públicos y los comercios.Esos 7.385 hm³ de aumento de la reserva suponen casi un cuarto de todos los usos consuntivos anuales de España. El principal consumidor es la agricultura ya que más del 80% de los recursos van destinados al regadío. Pero con la cantidad extra almacenada este marzo se podría cubrir todo el consumo urbano y los usos industriales, y sobrarían 1.300 hectómetros cúbicos. Eso es parte de lo que han dejado atrás las borrascas encadenadas de este mes, que han enterrado la sequía en el país.“En solo un mes se ha terminado prácticamente con una sequía de larga duración”, explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Según los datos recabados por la red de estaciones de Aemet, entre el 1 y el 24 de marzo se han recogido de media en España 148 litros por metro cuadrado. Supone 3,3 veces más de lo normal para este periodo. De momento, a falta de una semana para que acabe el mes, este marzo es ya el tercer marzo más lluvioso de la serie histórica, que arranca en 1962. El primero fue el de 2018 y el segundo el de 2013.Respecto a los pantanos, en estos momentos, según los datos distribuidos por el Ministerio para la Transición Ecológica, los embalses del país están al 71,2%. Son más de 13 puntos porcentuales que en la misma semana de 2023 —cuando estaban al 57,8%— y más de 10 puntos por encima de la media de la última década —que está en el 60,1% para este mismo momento del año—.Tras el paso de este tren de borrascas, las grandes cuencas del país están en una buena situación en términos generales para afrontar los meses más secos, aunque todavía queda primavera, con lo que las precipitaciones deberían continuar. A ello se une el efecto positivo que también tendrá el deshielo de la abundante nieve que ha caído y que también hará que suba la reserva hídrica en los próximos días.La cuenca del Tajo, que cuenta con la mayor capacidad de almacenamiento de todo el país, esta semana está al 81,8%, lo que supone 20 puntos por encima de la media de los últimos diez años. En el caso del Guadiana, la segunda cuenca con más capacidad, la reserva está al 65,3%, lo que supone 15 puntos por encima de la media de la década. Y en el Guadalquivir, la tercera cuenca con la reserva más grande, los embalses están en general al 58,1%, diez puntos por encima de la media de la década.AndalucíaLa situación en el Guadalquivir, donde se han concentrado especialmente las lluvias, ha mejorado mucho con respecto a hace un año: sus embalses guardan ahora el doble de agua que en la misma semana de 2024. Las autoridades encargadas de la gestión de esta cuenca ya prevén que la situación oficial del sistema general —que cubre el 80% de la demanda— pase del nivel de alerta actual al de prealerta el 1 de abril (las categorías se revisan mes a mes) debido a las intensas y continuadas lluvias de marzo. En esta cuenca, que principalmente se extiende por Andalucía, no existían restricciones al consumo de los hogares. Pero sí al agua que se usa para los cultivos de regadío. A finales de abril se reunirá la comisión de desembalses de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que es la que decide sobre las aportaciones para la agricultura, y se prevé que se suavicen las restricciones, señalan fuentes de este ente dependiente de Transición Ecológica.Además de los pantanos, las lluvias también están contribuyendo a recuperar algunos espacios naturales que habían llegado al límite, como la joya de la corona de los humedales españoles: Doñana. Según los datos que maneja la Estación Biológica de Doñana, desde septiembre y hasta el 23 de marzo se habían acumulado 595 litros por metro cuadrado de lluvias en este especio natural, algo más de las precipitaciones anuales. Aunque la situación ha mejorado, todavía no hay datos oficiales de cómo se está recuperando el acuífero del que bebe Doñana y que está sometido a tremendas presiones por parte de la agricultura.Vista aérea del embalse de Casasola, en el término municipal de Almogía (Málaga),Jorge Zapata (EFE)En Andalucía también había problemas en otras cuencas que gestiona la Junta y donde se han tenido que aplicar restricciones al riego y al consumo urbano en los últimos meses. Pero la comisión de sequía de las tres cuencas regionales —Tinto, Odiel y Piedras; Guadalete-Barbate; y Mediterráneo Andaluza— ha decidido este martes relajar las restricciones imperantes para consumo humano y riego agrícola en casi todas las provincias excepto Almería, dado que los embalses están al 51% ya. El Campo de Gibraltar ha entrado en situación de normalidad y ha duplicado el volumen de riego de cuatro a ocho hectómetros cúbicos, además de aumentar la dotación máxima de 200 a 250 litros por habitante y día, al igual que la Costa del Sol Occidental. Mientras que el este de la provincia malagueña se mantiene en situación de alerta pero aumenta su dotación, en el Levante almeriense la situación es aún de emergencia y no aumentan las dotaciones de consumo urbano y riego todavía.Otra de las zonas del país que padecido de forma muy cruda los efectos de la sequía en los últimos tres años ha sido Cataluña. Pero todo ha cambiado en cuestión de tres semanas. Los embalses de las cuencas internas, que abastecen al 80% de la población, se han disparado de un 31,4% de su capacidad a principios de mes a un 55% de este martes, el nivel más alto desde 2022. La gran mejora ha permitido que el Govern iniciara la pasada semana una desescalada de las restricciones antisequía. La Generalitat ha relajado las limitaciones en los 34 municipios de la comarca pirenaica del Empordà donde seguía vigente la fase de Emergencia, el peor escenario que recoge la normativa autonómica, con limitaciones duras como un máximo de consumo doméstico de 200 litros por habitante y día o una reducción del 80% del riego agrícola. También ha rebajado las restricciones de otro centenar de municipios de Girona, donde seguía vigente la fase de Excepcionalidad (con limitaciones de un 40% al riego agrícola y de un 15% a la industria).Así, el grueso de la población de las provincias de Barcelona y Girona (más de seis millones de personas) se encuentra ya solo en la fase de alerta, la más leve que recoge la normativa autonómica con limitaciones suaves que apenas se dejan sentir en la población, como la prohibición de regar el jardín particular durante el día, lavar el coche con manguera o el cierre de las fuentes ornamentales. El Govern dará por definitivamente enterrada la peor sequía del siglo, y con ella todas las restricciones, cuando las reservas alcancen el 60%, una cifra que podría alcanzarse en cuestión de días porque las aportaciones de los ríos Ter y Llobregat a los embalses siguen disparadas.Si se atiende solo a la lluvia caída, de nuevo, los datos son de récord. Según la información recabada por EL PAÍS, de las 328 estaciones con más de 20 años de registro, hasta este domingo siete de cada diez habían superado en estas tres semanas su media de lluvias de marzo y cerca de la mitad la han duplicado. En algunas como la del Alto del León, el Retiro y Talavera de la Reina se ha medido una acumulación de agua seis veces mayor a lo normal en marzo.Además, entre las 219 que tienen más de un cuarto de siglo de antigüedad, 34 estaciones han tenido un marzo de récord. En Navacerrada se han recogido 184 litros por metro cuadrado más que los 388 registrados en marzo de 1952, cuando se estableció el récord anterior. Entre las estaciones más longevas destacan los valores de El Retiro, en Madrid, que con 228 litros marca el mayor registro desde 1920; o los de Peraleda del Saucejo (Badajoz) que recogió 226 litros, el valor más alto desde 1926.En muchos sentidos, este marzo se parece mucho al de 2018, que también fue extremadamente lluvioso y ayudó a terminar con otra importante sequía. Hace siete años también se encadenaron tres borrascas en la España peninsular casi de forma consecutiva que hicieron que en la primera quincena de marzo lloviera el doble del valor normal. Y que, de momento, marzo de 2018 sea el marzo más lluvioso de la serie histórica (si el de 2025 no termina desbancándolo).Con información de Carlos Garfella y Javier Martín-Arroyo. 

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