Madrid, la región más rica de España, se esfuerza en repetir que financia como nadie de bien a sus universidades y, sin embargo, un análisis de este diario de las transferencias corrientes para los campus públicos españoles en 2025 demuestra lo contrario: vuelve a estar a la cola, con una inversión por alumno de 5.467 euros. Esta cifra es el resultado de la división de esta partida ―que se emplea en pagar las nóminas y los gastos de cada día― entre el número de estudiantes de grado y máster el curso pasado (últimos datos). Y eso que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) pretendió subir la cuantía en 2025 un 0,9% y, al final, ha sido del 4,2% (43,7 millones), por las enormes presiones de los rectores.A la cabeza en inversión por alumno se posiciona Navarra con un gasto de 10.930 euros. Pero la comunidad foral arrastra también las tasas académicas más altas de España (1.062 euros de media cada curso en primera matrícula), seguida de Madrid (978). En ambas regiones muy pocos alumnos reciben beca del Estado ―el 17,7% de los navarros y el 16,3% de los madrileños―, cuando la media española es del 24% y en Andalucía y Castilla-La Mancha alcanza el 40%. Un alumno de La Rioja (7.142 euros), Asturias (10.274) o Cantabria (7.770), siempre va a resultar más costoso ―si se quiere dar una buena docencia― que uno de una gran ciudad como Madrid o Barcelona, porque en las carreras sin experimentalidad (sin laboratorios, prácticas o salidas al campo), casi cuesta lo mismo un grupo de 25 alumnos que de 40, que se llena en zonas muy pobladas. Eso explica que el País Vasco, generoso en sueldos e inversiones, pero con muchos estudiantes, no encabece la lista (7.161 euros). Cataluña (7.137 euros en 2024), rácana durante una larga temporada, ha ido aumentando el presupuesto, pero este 2025 está prorrogado y no se sabe cuál será la cuantía total. Aunque el compromiso del president socialista Salvador Illa es llegar en 2030 al 1% del PIB, lo que supondría casi duplicar la inversión. Gobernar en minoría no facilita las cosas.Las comunidades del sur tienen una renta per cápita menor a la media española y una herencia de generaciones que no pudieron estudiar que no se repite en el norte de España. Sin embargo, sí que ponen empeño en invertir en educación superior. Andalucía (8.263 euros) ha abierto las puertas de par en par a las universidades privadas ―el Parlamento con mayoría absoluta del PP ha aprobado cuatro en 10 meses―, pero no se ha descuidado a las públicas. Aunque se suceden los tira y afloja con la asociación de las públicas, que se quejan de demoras en pagos. Desde 2017, los universitarios de la comunidad que no tienen beca, si aprueban, no pagan las asignaturas del año siguiente.Castilla-La Mancha también da un gran impulso a su universidad (9.353 euros). El curso que viene los alumnos de primero sin beca no pagarán matrícula. Mientras que en Extremadura, su rector, Pedro Fernández Salguero, reclama al Gobierno de María Guardiola (PP) un esfuerzo económico mayor. Reconoció en este diario que la partida es mayor (7.505) que con los socialistas, pero la sigue considerando “insuficiente”. Y, sobre todo, echa en falta que se cumplan los planes plurianuales, pues todos los septiembres ―con el comienzo del curso― se viven momentos de incertidumbre, aunque el dinero termina llegando. Allí también hay desde 2019 bonificación de matrícula para quien vaya aprobando. En Extremadura, se quieren asentar cuatro universidades privadas.Baleares invierte 8.324 euros, aunque el peso del gasto en universidades en el total del Producto Interior Bruto (PIB) es muy bajo. Las islas tienen un sistema universitario pequeño en proporción a su población. Hay tradición de estudiar fuera y abunda el trabajo bien remunerado que no exige formación en un archipiélago que vive del turismo, lo que reduce el atractivo de la Academia. En un reciente reportaje en este diario, el rector de la Universidad de las Islas Baleares, Jaume Carot, se felicitaba de que el nuevo Gobierno de PP y Vox había respetado el sustancioso acuerdo al que el centro académico había llegado con el ejecutivo anterior, en manos de la izquierda.Canarias, con la renta per cápita más baja de España, hace un gran esfuerzo (6.518 euros) que para la Universidad de la Laguna resulta insuficiente. Calculan que necesitan 13 millones más para cubrir gastos este año.En la Universidad de Oviedo, al contrario, no se quejan de la transferencia de fondos. Además, el curso que viene la matrícula de primero de carrera será gratis y la idea es extender la bonificación al resto de la carrera. La preocupación del rector, Ignacio Villaverde, estriba ahora en la intención de tres universidades privadas de instalarse en Asturias.Otra región que se despuebla es Galicia y también mima sus tres universidades públicas, que van a recibir este curso 9.655 euros, una inversión récord. Otro hándicap de Madrid ―que se quiere solventar en la ley de enseñanza superior― es que no existen acuerdos plurianuales, de forma que los rectores no saben de cuánto dinero van a poder disponer los siguientes cursos. En Murcia, lo arreglaron el año pasado con un acuerdo a cinco años. Sus universidades reciben 5.843 euros por alumno.Aragón, que entregará 7.987 euros por universitario, también cuenta con un plan a cinco años (2022-2026). Como Castilla y León (5.670), destina muchos recursos a dotar sus campus en la España vacía, aunque el retorno económico y social les compensa. Su esfuerzo es mayor que en la Comunidad Valenciana (7.062 euros), que cuenta con una partida aparte de 30 millones de euros para becar a alumnos desfavorecidos, cinco veces más que Madrid, que hasta el curso pasado invertía tres millones. Pese a que algunas regiones financian mejor, la inversión media en universidad supone el 0,7% del PIB, y el objetivo de la LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario) es llegar al 1% en 2030. Aun así, faltaría un trecho para llegar al 1,2% de la media europea. Con estos mimbres es imposible optar a encabezar las clasificaciones internacionales, por mucho que sea motivo de escándalo público cada agosto, cuando sale el más prestigioso, el de Shanghái y la Universidad de Barcelona, la primera española, se posiciona las 200 mejores, no antes.

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