Cada vez es más frecuente realizar pagos con tarjetas de crédito o débito. Desde tiendas en línea hasta aplicaciones para comida o transporte, e incluso para entrar al Metro de la Ciudad de México, las tarjetas se usan cada día más y más.
Lamentablemente, esta popularización de los pagos electrónicos también conlleva riesgos. De hecho, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros detalló que, solo en 2023, año de la última estadística completa, recibió más de 137 mil quejas por cargos no reconocidos en tarjetas de crédito o débito.
“A medida que el sistema financiero crece y avanzamos en temas de inclusión, también aumenta el reto de proteger tanto el crédito, como el dinero de las personas que en ocasiones lo utilizan para generar rendimientos. Noticias Relacionadas
“El sector está en constante innovación para prevenir y atender los fraudes, pero para lograrlo, es indispensable que las instituciones establezcan vías de comunicación permanentes con sus usuarios y contribuyan a la digitalización de las finanzas”, señala Juan José Villaseñor, vicepresidente de pagos globales de Stori.
¿Qué debo hacer para proteger mis tarjetas?
De acuerdo con el experto, hay algunos consejos muy fáciles de realizar para proteger tus tarjetas de crédito y débito. El primero de ellos es mantener un monitoreo constante de tus cuentas, para detectar de inmediato cualquier movimiento no autorizado en ellas.
La segunda es usar siempre las aplicaciones oficiales tanto de tu banco como de los servicios en los que vas a emplear tus tarjetas de crédito. Y si compras en páginas de internet, asegúrate que sus direcciones empiezan con https y tienen el icono de un candado cerrado.
Villaseñor aconseja activar también las alertas de seguridad del celular, para saber cada uno de los movimientos que se realizan en tus cuentas bancarias y, en su caso, reportar cualquier anomalía.
Por último, siempre que cambies de correo electrónico o número de celular, asegúrate de notificar también al banco en el que tengas tus cuentas monetarias, con el objetivo de no perder contacto con él.